LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Examinado en el hospital el reportero ruso Golunov tras una posible paliza

El periodista ruso Iván Golúnov comparece ante un juez de Moscú tras se examinado en el hospital, este sábado.

El periodista ruso Iván Golúnov comparece ante un juez de Moscú tras se examinado en el hospital, este sábado. / periodico

Marc Marginedas

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Cincuenta metros exactos de distancia mantenían, a mediodía de este sábado, Aleksándr y Fyodor, dos manifestantes posicionados desde hacía ya horas frente a la delegación en Moscú del Ministerio del Interior. Con pancartas de protesta por la detención, el pasado jueves, del reportero de investigación Iván Golunov, uno de los periodistas de su ramo más conocidos de Rusia, ambos habían recibido detalladas instrucciones para no acercarse demasiado el uno del otro, so pena de ser prendidos también por unos agentes de policía que, de forma intimidatoria, patrullaban arriba y abajo en los aledaños de la sede gubernamental.

El denominado 'piquete único' es la única acción de protesta callejera que, de acuerdo con la legislación rusa, no requiere el visto bueno previo gubernamental, tal y como recordaba a sus lectores la publicación online 'Meduza', donde trabaja el periodista detenido. Y si ambos activistas hubieran hecho caso omiso de las recomendaciones y se hubieran aproximado a un trecho inferior al indicado, a efectos legales ya se consideraría una manifestación, con implicaciones jurídicas para sus participantes en caso de carecer del permiso de la autoridad competente.

"Estoy aquí porque quiero solidarizarme con mi compañero; cada día es más difícil trabajar como periodista en Rusia", se lamenta Fyodor, de 19 años. El acelerado ritmo con el que habla revela que tiene aún mucho miedo en el cuerpo, en especial a las consecuencias que de su acción podrían derivarse, habida cuenta que trabaja para una publicación progubernamental. Aleksándr, programador informático de una treintena de años, tampoco parece tenerlas todas consigo, y ruega encarecidamente a los reporteros que no le fotografíen. Pero la indignación pesa en su ánimo aún más que el temor: "La corrupción en Rusia es insostenible, empezando por la del presidente Putin".

Inusitada reacción de solidaridad

El arresto de Golúnov, célebre por sus investigaciones sobre tramas corruptas relacionadas con la alcaldía de Moscú -en manos de Serguéi Sobyanin, un estrecho aliado de Putin- ha suscitado una inusitada reacción que ha sorprendido a las autoridades, con cientos de personas montando piquetes en varias ciudades y muestras de solidaridad de los responsables de los principales medios de comunicación independientes, quienes ultiman estrategias y acciones de presión para lograr su liberación.

El encausado, sobre el que pesa la acusación de tráfico de drogas por la que podría ser condenado a 15 años de prisión, ha sido trasladado durante el sábado al Hospital Municipal numero 71 para ser examinado, tras ser objeto de malos tratos, según su entorno. La brigada de la ambulancia que le trasladó al centro confirmó la existencia de "hematomas", "abrasiones en el pecho", además de sospechar "lesiones en las costillas" y "conmoción cerebral", según ha informado Interfax. Su entorno insiste en que las acusaciones son "fabricadas".

Después de pasar por el hospital, Golunov ha sido llevado ante el juez, que ha ordenado que permanezca en arresto domiciliario.