detenido en bolivia

Italia pone fin a la huida de un exterrorista de izquierda acusado de varios asesinatos

detención de Cesare Battisti

detención de Cesare Battisti / periodico

IRENE SAVIO

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Matteo Salvini, líder de la ultraderechista Liga y ministro de Interior italiano, se fijó como uno de los objetivos prioritarios de su mandato conseguir la extradición de Cesare Battisti, un exmilitante de extrema izquierda de 64 años condenado a cadena perpetua en ausencia por cuatro asesinatos en los años setenta. Entonces militaba en el grupo terrorista Proletarios Armados por los Comunistas (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas.

Transcurridos unos meses en el poder, esa misión está cumplida. A modo de telerealidad, como suele hacer cuando quiere que la difusión del mensaje sea máxima, Salvini ha viajado este lunes personalmente hasta el aeropuerto de Ciampino (Roma) para asistir a la llegada de Battisti, tras enviar un avión a buscarlo a Bolivia, país en el que fue capturado el sábado gracias a una operación conjunta con las autoridades bolivianas y la policía de Brasil.

Con rostro serio, vistiendo el uniforme de la policía italiana y rodeado por decenas de cámaras que han retransmitido el evento en directo por televisión y a través de las redes sociales, Salvini ha aprovechado todo lo que ha podido la llegada a Italia de Battisti. Desde la pista de aterrizaje del aeropuerto romano ha celebrado “el día histórico” en el que se ha regresado “un asesino comunista” a Italia. Y ha añadido que se espera que esta extradición sea la primera de muchas otras de personas que están en el extranjero huidas de la justicia transalpina.

A renglón seguido ha agradecido —sin citar nombres— a las autoridades de Bolivia y —citándolo— al presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, con quien Salvini ya había mantenido un primer acercamiento en octubre cuando festejó la victoria del político latinoamericano en los comicios generales en ese país. Salvini ha aprovechado también la ocasión para lanzar una cascada de mensajes contra "los hombres y mujeres de izquierda, esos presuntos intelectuales, vips y políticos” que han “protegido y mimado” a Battisti, en referencia a la supuesta red de ayudas que amparó al izquierdista durante su huida.

Salvini ha sabido como explotar mediáticamente la detención de Battisti. El domingo, bien temprano, su oficina de prensa envío comunicados y fotografías del arresto en Bolivia y de la entrega del prófugo a los agentes italianos, así como del viaje en avión del preso.

Tregua entre socios

La captura de Battisti ha contribuido también a que se haya establecido una suerte de tregua en la crispada relación que el ministro del Interior mantiene en las últimas semanas por todo tipo de asuntos con los líderes del Movimiento 5 Estrellas, sus socios de Gobierno. De ahí que Salvini haya apelado a la “unidad” de los italianos, lo que ha sido bien recibido por el ministro de Justicia y miembro del M5S, Alfonso Bonafede, quien también ha sido testigo directo de la llegada de Battisti a Roma.  Para Bonafete, el operativo de captura ha sido fruto del “trabajo compacto” de las instituciones italianas. Aunque visiblemente menos eufórico que Salvini, Bonafede ha pronunciado igualmente palabras de satisfacción por la extradición del militante de extrema izquierda.

Pese a que siempre se ha declarado inocente, Battisti está acusado de asesinatos supuestamente cometidos  durante los conocidos como "años de plomo" en Italia, marcados por atentados de organizaciones de derecha y de izquierda. Battisti ha sido trasladado primero a la prisión romana de Rebibbia y luego a la de Oristano (Cerdeña), donde según la prensa italiana transcurrirá los primeros seis meses en régimen de aislamiento.

Primeras páginas

Battisti fue condenado a cadena perpetua en ausencia puesto que huyó primero a México, luego en 1990 a Francia —donde fue protegido por el expresidente socialista François Mitterrand hasta el fin de su presidencia—, y posteriormente a Brasil.

La noticia de la detención, que ha abierto casi la totalidad de las portadas de la prensa italiana, ha sido acogida con satisfacción por algunos familiares de las personas asesinadas durante los enfrentamientos de los setenta. “Ha matado y nunca se ha arrepentido. Es justo que pague”, ha dicho Armando Spataro, exprocurador de Milán y quien persiguió a Battisti durante años. Por el contrario, uno de los sobrinos de Battisti, Antonio, ha dicho que su pariente seguirá gozando de su apoyo. Esta madrugada una gran pancarta con la leyenda “Battisti libre” ha aparecido colgada en uno de los muros del Coliseo romano.