España pide garantías sobre Gibraltar para aprobar el acuerdo del 'brexit'

Borrell considera necesario "conocer la declaración futura" para aprobar "acuerdo de retirada" sobre Gibraltar

Silvia Martinez / Bruselas

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Las negociaciones de divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido han entrado esta semana en su recta final con un escollo de última hora llamado Gibraltar. España no está satisfecha con cómo ha quedado reflejado en el acuerdo la relación futura con el Peñón y ha exigido aclaraciones y cambios al negociador jefe de la UE, Michel Barnier. O se retocan los textos –tanto el acuerdo de retirada pactado entre Bruselas y Londres como la declaración política sobre la relación futura- o no dará su visto bueno.

¿Está España dispuesta a vetar un acuerdo? “No utilizaría la palabra veto”, ha respondido el ministro de exteriores, Josep Borrell, pero “hasta que no conozcamos lo que dice la declaración política sobre la relación futura no podemos dar el acuerdo al pacto de retirada”, ha añadido tras las reunión celebrada por los 27 para preparar la cumbre extraordinaria de líderes del 25 de noviembre, la cita que debe servir para bendecir el pacto y a la que asistirá también la primera ministra británica, Theresa May, según ha confirmado el Consejo.

La primera advertencia tuvo lugar el viernes a nivel técnico durante el comité de representantes permanentes ante la UE (Coreper). El embajador español levantó la mano para mostrar la sorpresa y el descontento de Madrid por Gibraltar y este lunes ha sido el jefe de la diplomacia española el encargado de elevarlo al más alto nivel político. El problema gira entorno al artículo 184 del Tratado de salida que habla de las negociaciones de la futura relación y que no garantiza el poder de veto de España sobre el estatus del Peñón.

El texto en discordia

El artículo señala que “la Unión y el Reino Unido realizarán sus mejores esfuerzos, de buena fe, y en el pleno respeto de sus respectivos órdenes legales para dar los pasos necesarios para negociar de manera expedita los acuerdos que regirán su futura relación” y que realizarán “los procedimientos pertinentes para la ratificación o conclusión de estos acuerdos con vista a garantizar que dichos acuerdos se apliquen, en la medida de lo posible, desde el final del período de transición”.

Según Borrell, este texto “ha aparecido de la noche a la mañana” por iniciativa británica, “despierta dudas” y “queremos que se clarifique su interpretación” de forma que quede claro "que las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea no se aplican a Gibraltar, que lo que se negocie entre Reino Unido y la UE tiene un ámbito territorial que no incluye Gibraltar, que las negociaciones futuras sobre Gibraltar son negociaciones aparte” y que una eventual prórroga del período transitorio (más allá del 1 de enero de 2021) no se aplicará automáticamente al Peñón y que deberá autorizarse de nuevo.

Poder de veto español

Un aviso de que nada ha cambiado y que cualquier acuerdo sobre el estatus de este territorio debe estar sometido a un pacto político previo con Madrid. "Ese artículo incluye una cierta ambigüedad y queremos que se aclare", ha zanjado Borrell tras un encuentro bilateral posterior con Barnier que no ha servido para limar asperezas y sí ha puesto de manifiesto la resistencia del negociador europeo a retocar el acuerdo provisional. "Se siguen manteniendo", ha admitido el ministro sobre la dudas que les genera el acuerdo. "No queda mucho tiempo. Debería estar resuelto antes del domingo o que no tuviera lugar la reunión del domingo", ha avisado Borrell.

La aparición de este escollo de última hora está directamente relacionado con la forma en la que han negociado Londres y Bruselas estas últimas semanas, con los negociadores dentro de un “túnel” sin informar prácticamente a los gobiernos de los 27 para evitar que posibles filtraciones pudieran amenazar el acuerdo. “El artículo 184 apareció el miércoles por la noche después de que lo viera exclusivamente la señora May y solo ella”, se quejan fuentes del gobierno, molestas con que hasta el ministro presidente de Gibraltar, Fabián Picardo, vio el texto antes que ellos. 

El jefe del servicio jurídico del Consejo les ha dado “todas las garantías de que no hay problemas ni riesgos” pero la abogacía del estado discrepa y España prefiere evitar que puedan surgir contradicciones futuras. España no ha sido la única delegación que ha planteado problemas, según varias fuentes, pero sí la única que de momento no avala el texto. Varios Estados miembros han pedido aclaraciones e incluso la inclusión de declaraciones anexas para evitar la reapertura del acuerdo de retirada. Según fuentes europeas, hay delegaciones que han apoyado la búsqueda de solución para España, como Chipre, y confían en que Barnier encuentre la fórmula para solventar las preocupaciones españolas. 

Barnier pide calma

“Estamos en un momento decisivo de este proceso. Nadie debería perder de vista el progreso que se ha alcanzado en Bruselas y en Londres”. El mensaje del negociador jefe de la UE, Michel Barnier, ha sonado este lunes alto y claro. El pacto cocinado durante 17 meses de intensas negociaciones es “justo y equilibrado”, tiene un apoyo general de los 27, y “ahora más que nunca debemos mantener la calma” y mantener el foco “en que Reino Unido salga de manera ordenada de la UE”. Para ello queda un último paso crucial antes de la cumbre del 25 de noviembre: acotar la eventual prolongación del periodo transitorio y terminar de negociar la declaración política sobre la relación futura entre la UE y Reino Unido.