El éxito de las medidas contra la radicalización, en cuestión

La mayoría de sospechosos implicados en los ataques terroristas más recientes en Europa eran ciudadanos europeos que se radicalizaron. Combatir este fenómeno es un elemento central de la estrategia antiterrorista de la Unión Europea pero a tenor de la auditoría realizada por el Tribunal de Cuentas de la UE siguen existiendo deficiencias y la Comisión Europea no puede demostrar el grado de eficiencia real de las medidas comunitarias.

"La Comisión no cuenta con una visión general de las medidas financiadas por la UE y los fondos utilizados no van acompañados de indicadores y metas diseñados para medir el éxito en la lucha contra la radicalización", reprocha el responsable del informe, Jan Gregor. Dicho de otra forma, no pueden certificar que los fondos europeos dedicados a prevenir la radicalización de individuos sean efectivos.

Los auditores constatan, por ejemplo, que no se aprovecha plenamente la red de sensibilización frente a la radicalización, que conecta a psicólogos, docentes, trabajadores sociales, agentes de policía, funcionarios de prisiones y agentes de libertad vigilada, que trabajan directamente con las personas susceptibles de una radicalización.

Propaganda en internet

Además, en ocasiones los logros de algunas medidas se han medido en términos de intensidad de actividad, como el número de reuniones celebradas o los documentos producidos, y no de eficacia. Otro elemento negativo destacado por los auditores se refiere a la propaganda yihadista y a la Unidad de Notificación de Contenidos que gestiona Europol.

Las estadísticas, reprochan los autores del informe, no muestran el impacto de las medidas en la permanencia de la propaganda terrorista en internet, ni el tiempo que se tarda en identificar contenido sospechoso, ni el que tardan los buscadores en eliminarlo. Además, en ocasiones el material eliminado se vuelve a subir en breve.