UN MES DESPUÉS DE LAS ELECCIONES

El presidente de Italia comienza la ronda de consultas para formar Gobierno

El Movimiento 5 Estrellas y el centroderecha reclaman ambos el derecho a que el presidente les otorgue la iniciativa

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Rossend Domènech

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Exactamente un mes después de las elecciones generales en Italia, el presidente de la República, Sergio Mattarella, comenzará este miércoles una ronda de consultas con los partidos de cara a la formación del nuevo gobierno, que podría tardar todavía mucho tiempo.

“Me toca a mí”. “No, primero estoy yo”. “Si él dice que yo o nadie, no se hace nada y volvemos inmediatamente a las urnas”. Estas son algunas de las frases que este mes se han cruzado a la distancia Matteo Salvini, líder de la Liga Nacional (antes Liga del Norte) y Luigi Di Maio, jefe político de los indignados del Movimiento 5 Estrellas (M5S).

Reivindicaciones

Tras el retroceso de Forza Italia, el partido fundado por Silvio Berlusconi, que obtuvo el 14% de los votos, y el resultado obtenido por la Liga (17%), Salvini ha asumido el liderazgo de los conservadores y reivindica que la coalición de tres partidos de centroderecha ganó las elecciones (35%), por lo que debe llevar la batuta de la formación del Ejecutivo. Di Maio, cuyo partido se presentó en solitario y fue el más votado (32%), dice lo mismo.

 La agenda de Presidencia prevé una ronda de consultas de dos días o poco más para tantear una eventual mayoría. De otro modo, Mattarella concedería una pausa de reflexión antes de convocar una segunda ronda.

Ambos, la Liga y el M5S, son partidos considerados populistas y demagogos, pero aparte de eso sus programas son muy distintos, principalmente en lo económico. Salvini promete una tarifa fiscal plana del 15% y Di Maio una "renta de ciudadanía" de unos 750 euros mensuales para los que carecen de un sueldo. Salvini venció principalmente en el norte industrializado y el M5S sobre todo en el sur, donde el paro es mucho mayor y los electores ya van preguntando dónde pedir la "renta" prometida.

Advertencia de la UE

Los economistas italianos y la Comisión Europea han estimado que ambas promesas combinadas tendrían un coste de unos 80.000 millones de euros, una cifra que Italia, con la deuda más alta de la UE después de Grecia (130% del PIB), no se puede permitir sin superar el 3% del déficit impuesto por Bruselas. Pierre Moscovici, comisario de la UE para asuntos económicos, ha dado tiempo a "los plazos de la democracia italiana", pero ha advertido que sobre el país "pesa una deuda elevada", lo que exige "políticas presupuestarias responsables".

No ayuda a los dos vencedores que el centroderecha mantenga entre sus líderes negociadores a Berlusconi, de quien los indignados no quieren saber nada, hasta el punto de amenazar con romper las negociaciones si persisten en mantenerle políticamente con vida. En la distancia, los progresistas del Partido Demócrata (PD), con un 18,7% de los votos, ocupan el tercer lugar del Parlamento con la intención declarada de permanecer en la oposición.  Tal vez esperando  que "el cadáver del enemigo pase ante mi puerta", como reza un refrán chino.