La ONU acusa de «torturas» y abuso de la fuerza a la policía venezolana

La ONU ha hecho público un informe en el que acusa a las fuerzas de seguridad venezolanas de ser las responsables de la muerte de decenas de manifestanes en las protestas que se desarrollan desde el pasado mes de abril contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. En informe, que se ha dado a conocer hoy en Ginebra, sede de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cifra en 5.051 los detenidos de "forma arbitaria" a lo largo de estos meses, mil de los cuales todavía están bajo arresto, y habla de "tratos crueles, inhumanos o degradantes a los detenidos. El texto afirma que "en algunos casos se ha recurrido a la tortura".

En un comunicado, el comisionado para los Derechos Humanos del organismo internacional, Zeid Raad al Husein, advierte, además, de que "no hay indicios de que esa actuación vaya a cambiar". "La responsabilidad de las violaciones de derechos humanos correspone de los más altos niveles del Gobierno", ha añadido.

El documento se ha elaborado a través de entrevistas realizadas a distancia -desde Ginebra y Panamá, ya que el Gobierno  no les autorizó entrar en el país- a 135 personas que han sido testigos de la represión. Las personas que han participado en la investigación mencionan, como ejemplos de malos tratos y torturas, los golpes con cascos y porras mientras los detenidos estaban esposados, la práctica de colgar de las muñeca a los arrestados durante lago tiempo o las descárgas eléctricas.

"Solución política y pactada"

La portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU,  Ravina Shamdasani, ha dicho que "las fuerzas de seguridad son responsables de al menos 46 muertes, mientras que los grupos armados progubernamentales, denominados 'colectivos armados' (paramilitares chavistas), serían responsables de otros 27 fallecimientos". Preguntada sobre los responsables del resto de muertes, hasta 120 desde el pasado mes de abril, Shamdasani se ha limitado a decir "aún no está claro quien las he perpetrado".

En informe ha coincidido con el comunicado que ha hecho público el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, en el que ha mostrado su preocupación por la "escalada de tensión" que vive el país caribeño y ha hecho una vez más un llamamiento a una "solución política basada en el diálogo y el compromiso", ha dicho su portavoz, Stéphane Dujarric.

Por otro lado, la Guardia Nacional Bolivariana, que hace guardia en el Palacio Federal Legislativo venezolano, ha impedido esta mañana  la entrada de los diputados opositores a la Cámara, después de que los oficialistas constituyentes entraran por la fuerza para tomar el control de la sede, hasta ahora controlada por el antichavismo. También hoy el opositor Ramón Muchacho, alcalde del municipio caraqueño de Chacao, ha sido condenado a 15 meses de prisión por haber permitido manifestaciones en su zona. "Se nos condena por hacer nuestro trabajo, por garantizar el legítmo derecho a la protesta pacífica, y al ejercicio de los derechos civiles y políticos de los venezolanos. Se nos condena por luchar por un cambio en Venezuela", ha escrito en las redes sociales.

La oposición mantiene el pulso en la calle, aunque hay muestras de cierto cansancio, después de  tantos meses de intensas protestas, y de cierta división en el seno de la opositora Mesa de Unidad Nacional (MUD), donde están representado un gran numero de partidos. Hasta ahora Maduro se ha salido con la suya. Ha logrado esquivar con éxito el referéndum revocatorio y ha conseguido celebrar la consulta para formar la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que ya está trabajando en la redacción de una nueva Constitución. El debate entre los opositores se centra ahora en la estrategia a seguir, para continuar acechando al Gobierno. El próximo mes de diciembre están previstas las elecciones a gobernadores y en la MUD hay divergencias sobre si participar o bicotear los comicios, después de que calificaran de "fraude" los resultados de la eleccións a la constituyente.

Asalto frustrado

El frustrado asalto el domingo pasado, protagonizado por apenas una veintena de militares y civiles, de un cuartel de la ciudad de Valencia, no es un indicador suficiente para especular con una posible división dentro del Ejército, aunque los expertos no descartan que pueda ser el inicio de cierta resistencia armada.