Votar con el susto en el cuerpo

La lacra del terrorismo yihadista hace mella entre los votantes británicos en una jornada marcada por la tranquilidad

Nadya Sheriff, yemení nacionalizada británica, vota en el barrio de Finsbury Park, en el norte de Londres.jgblanco38793950 08 06 2017 elecciones en el reino unido foto motse mart nez170608142514

Nadya Sheriff, yemení nacionalizada británica, vota en el barrio de Finsbury Park, en el norte de Londres.jgblanco38793950 08 06 2017 elecciones en el reino unido foto motse mart nez170608142514 / periodico

MONTSE MARTÍNEZ / LONDRES (Enviada Especial)

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Cuesta algo entenderla porque habla con la boca tapada por su niqab. Pero lo compensa con sus expresivos ojos, que es lo único a la vista porque la prenda oscura la cubre de pies a cabeza. Con la tarjeta censal en una mano y las llaves en la otra, Nadya Sheriff, una mujer de 30 años de Yemen nacionalizada británica, ha dejado a los niños un minuto para salir a votar. Es media mañana en el barrio londinense de Finsbury Park, en el norte de la capital británica.

Claro que le pesa, dice, la ola de terrorismo yihadista que está azotando al Reino Unido. "Cómo no me va a afectar", sentencia, como si la pregunta le pareciera inapropiada. "Es una amenaza y un peligro para todos", recalca. Cada ataque es un golpe para ella, como musulmana y como británica. Como musulmana, porque lamenta profundamente que los terroristas usen una religión que pregona el pacifismo como argumento para sus crímenes y, como británica, porque la agresividad y el rechazo hacia su comunidad gana enteros con cada episodio de terror. A pesar de ser injusto, sí pagan justos por pecadores.

Ha votado a los <strong>laboristas de Jeremy Corbyn</strong>. "Los conservadores solamente han hecho que recortar; empleo, educación, servicios sanitarios", argumenta. El principal antídoto contra la radicalización de los jóvenes convertidos en terroristas pasa, según su punto de vista, por las oportunidades sociales

Se marcha Nadya y llega Max Norton, un británico de 48 años. La jornada electoral transcurre con total normalidad democrática en el centro de voto New Life en Lennox Road, como en el resto de todo el Reino Unido, donde se han reforzado las medidas de seguridad de forma puntual.

"ME PREOCUPA MÁS EL 'BREXIT'"

Norton ama su ciudad, Londres. Le parece una grandeza la convivencia de nacionalidades y religiones que siente cada día en sus calles. Consultor de tecnología informática, reconoce estar más inquieto por las consecuencias del 'brexit' que por el terrorismo. Su padre vive en Francia desde hace muchos años y está muy preocupado por la posibilidad de que no sea atendido en su vejez por el sistema francés si ha de retornar al Reino Unido. Por eso su voto va para los liberaldemócratas, que plantean volver a preguntar a los ciudadanos sobre la salida del Reino Unido de la UE. Teme que los atentados terroristas jueguen a favor de la <strong>candidata conservadora</strong>, <strong>Theresa May</strong>, porque "el miedo es muy mal consejero", dice con sarcasmo.

Casi es imposible encontrar un votante conservador en el feudo laborista de Finsbury Park. No así, por ejemplo, cerca del puente de Londres, en el centro de la ciudad, donde David Holmes, británico de 52 años es taxativo. Ha votado conservador, a Theresa May, y comulga con el mensaje de restrigir los derechos si el objetivo es parar "la oleada de terror". "No se puede vivir vigilando cada día a cientos de potenciales terroristas", asegura para finalizar: "Ningún país se lo puede permitir".