Obama: "No hemos vuelto a los años sesenta"

Bandera estadounidense a media asta en Dallas.

Bandera estadounidense a media asta en Dallas. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El día después de la última masacre en Dallas, Estados Unidos despertó con cierto propósito de enmienda pero sin saber cómo atajar algunas de las lacras que han convertido al país en un polvorín, desde la injusticia racial, que es uno de sus pecados fundacionales, a la recurrente violencia armada. El clima de tensión racial de los dos últimos años, unido a la extrema polarización política y a la irrupción de un demagogo populista como Donald Trump, que recuerda a los George Wallace y Barry Goldwater de antaño, ha llevado algunos a comparar la situación actual con la que se vivía en los turbulentos años sesenta. Un símil que el presidente de EEUU, Barack Obama ha querido este sábado cortar de cuajo.

“No es cierto que estemos volviendo a los años sesenta”, ha dicho el líder estadounidense durante una rueda de prensa en Varsovia, poco antes de volar a España tras concluir la cumbre de la OTAN. “No estamos viendo disturbios ni a la policía que va detrás de aquellos que protestan pacíficamente. “Por más duras y deprimentes que sean las pérdidas de vidas de esta semana, tenemos unos cimientos sobre los que edificar”. La frustración y el miedo que recorre el país, por utilizar las palabras de la fiscal general del Estado, Loretta Lynch, son sin embargo innegables. Esa preocupación ha llevado al presidente a acortar su visita a España. Obama solo pasará un día en Madrid y Rota, en lugar de los dos previstos inicialmente, para dirigirse directamente a Dallas el domingo por la noche.

El espejismo de la América posracial

Lo que es evidente es que los augurios de aquella América posracial que muchos predijeron tras la elección del primer presidente negro fue siempre un espejismo. Obama nunca la compró, conocedor de las inequidades raciales que siguen marcando la aplicación de la justicia, y el malestar entre la comunidad negra y latina hacia una policía y unos tribunales que los tratan con una dureza que atípica para la población blanca.  

Es innegable país ha avanzado mucho desde 1968, pero el tiroteo perpetrado en Dallas por un veterano negro del Ejército, enfadado con el goteo regular de ciudadanos muertos a manos de la policía y con sed de venganza, ha contribuido a crispar todavía más el clima social. Y algunos tratan de explotarlo peligrosamente para hacer negocio: “Guerra civil: cuatro policías asesinados en una protesta antipolicial”, titulaba el viernes el 'New York Post', el diario sensacionalista de Rupert Murdoch. En realidad fueron cinco, además de otros siete agentes heridos y dos civiles.

Los vendedores de armas hacen negocio

Titulares como el del Post son una bendición para los fabricantes y vendedores de armas: días como estos se vacían las alacenas de rifles semiautomáticos. Pero no son los únicos que tratan de aprovechar políticamente una tragedia que alimenta los miedos atávicos de parte de la población blanca. La retórica utilizada por Trump se parece mucho a la que empleó Nixon para sofocar las protestas de los años sesenta y dejar intacto el racismo institucional. El presidente californiano, que llegó al poder en 1968, puso los pilares que convirtieron a EEUU en una gran prisión, con sentencias mínimas draconianas y una policía militarizada.

Ahora Trump ha recuperado su concepto de la ‘mayoría silenciosa’ y, tras el tiroteo de Dallas, hizo un llamamiento a “restaurar la ley y el orden”, el mismo concepto usado por Nixon para reprimir entonces las demandas de justicia racial y económica.

“Demasiados americanos sienten que han perdido la esperanza. El crimen afecta a demasiados ciudadanos. Las tensiones raciales han empeorado. Este no es el sueño americano que queremos para nuestros hijos”, dijo  Trump. También se pronunció la candidata demócrata, Hillary Clinton, quien pidió un esfuerzo colectivo para “escucharnos, trabajar juntos y tratar de frenar la violencia, el odio y la retorica divisiva”.

En solitario

Por todo el país continuaron las manifestaciones contra los excesos policiales, a la vez que se celebraban vigilias por los agentes asesinados el jueves. La policía ha concluido que el autor del ataque, Micah Xavier Johnson, actuó solo. Protegido con un chaleco antibalas, utilizó un rifle semiautomático AK-47 para disparar a los agentes desde una posición elevada en el centro de Dallas, muy cerca de donde JFK fue asesinado.

Cuando la policía registró su casa en Mesquite, un suburbio de Dallas donde vivía aparentemente solo, encontró material para fabricar bombas, chalecos balísticos, rifles, munición y un diario personal sobre tácticas de combate. En cualquier otro país sería un arsenal, pero en EE UU, donde hay más de 300 millones de armas en poder de la ciudadanía, es algo relativamente normal.

El francotirador de 25 años no tenía antecedentes penales ni vínculos directos con organizaciones políticas o grupos terroristas. Pero sí se había identificado a través de las redes sociales con varios grupos separatistas negros, como las Nuevas Panteras Negras.