PRIMER ANIVERSARIO DEL ASESINATO DEL OPOSITOR RUSO

Zhanna Nemtsova: "Putin es responsable de que Rusia se haya convertido en un país de bandidos"

Zhanna Nemtsova, hija de Borís Nemtsov.

Zhanna Nemtsova, hija de Borís Nemtsov. / periodico

MARC MARGINEDAS

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La cita con Zhanna Nemtsova es en un oscuro bar de un apartado barrio de Bonn, la antigua capital de Alemania Federal, al otro lado del río Rin. No ha vuelto a Rusia desde mayo del 2015, porque dice que en su país, si las autoridades quieren, pueden hacerle a uno "la vida imposible".

-Usted dijo que Rusia está en decadencia moral. ¿No cree que es apatía, provocada por la sensación de que nada puede hacerse para cambiar las cosas?

-'Decadencia moral’ es el título de una columna que hice para ‘The Moscow Times’. El original era ‘No me importa nada’. Quería decir que en mi país existe un comportamiento social, causado, como dice, por la apatía, que se resume en una frase: ‘No me importa (la política) porque no me afecta directamente’. Pero la gente no entiende que sí les afecta. Pongamos el caso de la anexión de Crimea. Muchos pensaron que era como otros Juegos Olímpicos, otro gran proyecto del Estado, sin preveer sus negativas consecuencias. Y son devastadoras: guerra en Ucrania, sanciones, responsables en parte de la crisis económica, el país aislado...

-¿Ha cambiado algo en Rusia en este año tras el crimen?

-El hecho de que no haya sido resuelto influye mucho. He pedido muchas veces a los investigadores que interroguen a Ramzán Kadírov [el presidente de Chechenia, los compañeros de Nemtsov piensan que está involucrado] y se han negado. Quienes han podido participar en el asesinato se sienten impunes. Y por eso Kadírov se comporta así [Kadírov ha amenazado públicamente a opositores en las redes sociales]. Lo que uno ve, más y más, es que Rusia se ha convertido en un país de bandidos. Y Putin es responsable; potencia estos comportamientos, al decir que Kadírov es un presidente checheno eficaz.

-Ha tenido un año para pensarlo. ¿Cree que el presidente ruso dio la orden? 

-Los jueces son quienes deben decidir quién ordenó el crimen. Solo sé que la calidad de las pesquisas ha sido muy mala, y muy influidas por el Estado. Y ello pese a que Putin asumió “personalmente el control de la investigación”. Gente como Ruslán Gereméyev, considerado uno de los organizadores, no están en la lista federal de personas en busca y captura.

-Gudkov, el único diputado 'rebelde', nos dijo que el presidente no había decidido si iba a permitir que la investigación llegara al final. 

-Eso significa que Rusia no es un Estado de derecho. No quiero entrar a valorar algo así, porque no es el presidente quien debe decidir hasta dónde llega una investigación. Es una lógica de bandidos.

-¿Cómo se enteró del asesinato?

-Me lo dijo mi madre. He escrito un libro que aparecerá ahora en Alemania. Será traducido al inglés, probablemente al español. Se titula ‘Despertar a Rusia’. En él explico como me enteré. Ahora prefiero no recordarlo, porque es muy doloroso. El título es una cita directa de mi padre, un día del 2013 en Rostov Veliki. Estaba en una iglesia, fue al campanario, y empezó a tocar la campana. Allí exclamó: ‘¡Quiero despertar a Rusia!’. El libro es una colección de mis recuerdos, de su carrera, recuerdos de sus amigos y colegas.

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-Su padre le influyó mucho...

-Tenía mucho talento, y no solo en política. Empezó como físico, quería ser premio Nobel y se lo prometió a mi madre cuando nací. Fue doctor a los 25 años. A los 30, dejó la física y entró en el movimiento por el medio ambiente en Nizhny Nóvgorod para frenar las centrales atómicas. Después fue gobernador, primer viceprimer ministro y legislador. Por último, fue la principal figura de la oposición. También era un pensador. Yo solo puedo compartir un poco su gloria. Era un luchador, y yo, probablemente, he heredado esta cualidad.

-¿Qué defendía su padre? 

-Era el símbolo de la Rusia moderna. Nunca ha mercadeado con sus principios: libertad de expresión, elecciones libres, propiedad privada... Si uno le escucha en los 90 y en el 2015, decía lo mismo.  

-Hay quien dice que es imposible un cambio sin violencia. 

-No soy política, solo activista de los derechos humanos. No sé cómo, pero el cambio vendrá. Soy pacifista, y nunca defendería derramamiento de sangre, como mi padre, que hizo campaña contra la guerra chechena.

-Ha creado una fundación en Alemania...

-Se llama la Fundación Boris Nemtsov para la Democracia. Planeamos varias actividades: el premio Boris Nemtsov de la Valentía, para personalidades de la cultura, periodistas, que luchan por los derechos en Rusia. Organizaremos un foro en Berlín con políticos, sociólogos y economistas independientes ahora que celebramos el 25º aniversario de la disolución de la URSS. También un programa de becas destinado a estudiantes.