Litvinenko fue asesinado poco antes de venir a España a declarar

-Bien, todo esto es muy interesante, ¿pero estaría dispuesto a contar lo mismo en una declaración ante el juez español que investiga el caso?- le preguntó un policía español a Alexander Litvinenko.

-Sí, por supuesto, seguro que podremos pactar las condiciones- contestó el exagente.

-Y estas cosas, ¿las sabe por conocimiento directo o porque alguien se las ha contado?

-Lo he vivido en primera persona, he estado allí muchos años y sé muy bien lo que pasaba.

-Tendrá noticias nuestras.

Así concluyó la conversación que el 1 de julio del 2006 mantuvieron en el reservado de un hotel de una capital europea Litvinenko y varios policías españoles dedicados a la lucha contra la mafia rusa, según relatan en el libro ‘Palabra de Vor’ los periodistas de investigación Cruz Morcillo y Pablo Muñoz. Tras la reunión, los agentes españoles regresaron a Madrid e informaron al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que aceptó tomarle declaración en calidad de testigo protegido en noviembre. La intención era que el exagente diera información al magistrado sobre las mafias rusas que operan en España y su vinculación con el Kremlin. No obstante, Litvinenko no llegó a esa cita. El polonio lo evitó.

En la oscura trama de mafiosos y espías en que se enmarca la muerte de Litvinenko, España juega un papel. Y muy importante. Tanto, que en el informe presentado por el juez británico Robert Owen España tiene incluso un capítulo entero. Bajo el título 'Trabajo para los servicios de seguridad españoles', el autor de la investigación explica cómo Litvinenko trabajó desde finales del 2004 para los servicios secretos españoles y cómo colaboró activamente en el desmantelamiento de varias organizaciones criminales rusas en España. De hecho, el autor de la investigación se pregunta si Litvinenko fue eliminado precisamente para evitar que declarara en España. “La pregunta que surge de los efectos de la presente investigación es si podría haber habido alguna conexión entre esas cuestiones (la colaboración con España) y su muerte. ¿Es posible, por ejemplo, que el señor Litvinenko fue asesinado, ya sea para castigarlo por ayudar a las autoridades españolas o para evitar que ofreciera más ayuda y declarara ante un juez?”

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Según el informe, varios testigos, entre ellos la mujer del propio Litvinenko, relatan cómo el exagente colaboraba con los servicios secretos españoles desde finales del 2004 y principios del 2005. Litvinenko habría realizado varios viajes a España, en alguno de ellos acompañados por su mujer, que explicó como en su cuenta conjunta llegaron a recibir el dinero con que el espionaje español pagó su ayuda. Eso sí, la mujer asegura desconocer en qué ayudó su marido. "No me lo contaba para protegerme", dijo. 

Incluso le ofreció al exfiscal ruso Mijail Trepashkin, que había pasado varios años en prisión, la posibilidad de trasladarse a España y colaborar con las autoridades españolas.

El propio oligarca ruso Boris Berezovsky, de quien Litvinenko era jefe de seguridad, relató como en septiembre del 2006 Litvinenko le contó que había ayudado a las autoridades españolas a detener a un capo mafioso ruso y cómo estaba trabajando con ellas en un caso que podría suponer la detención de Roman Abramovich, el dueño del Chelsea. Al activista y microbiólogo Alex Goldfarb, amigo de Litvinenko, le llegó a explicar que con su trabajo en España podría llevar pruebas a la justicia de la conexión de Putin con la mafia. Los indicios apuntan a que Litvinenko estaría recopilando pruebas sobre la vinculación del clan mafioso Tambovskaia con miembros del entorno más cercano de Putin.

El encuentro de julio del 2006 precisó una compleja preparación pues las fuerzas de seguridad del país donde se celebró habían de poner en práctica un complejo dispositivo de seguridad, ya que Litvinenko temía por su vida. Así se lo hizo saber a los policías españoles: “El FSB (los servicios secretos rusos) y Putin no pararán hasta acabar conmigo”.

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Lo primero que les dijo Litvinenko a los policías fue que había formado parte de un comando de asesinos del FSB, que actuaron en Chechenia y otros escenarios, asesinando y torturando a quien les ordenasen. Según confesó, en ocasiones llegaron a “enterrar a gente viva”. El exagente explicó a los policías que sus superiores le habían ordenado asesinar al oligarca Boris Berezovski, a lo que él se negó llegando a convertirse en su jefe de seguridad, lo que supuso el fin de su carrera y la necesidad de poner pies en polvorosa si quería salvar la vida. 

TRÁFICO DE HEROÍNA

En la reunión, según el testimonio de un policía recogido por el libro, Litvinenko “sirvió sobre todo para situar a cada persona en el lugar que le correspondía en el crimen organizado”. “Supimos hasta qué punto la Administración de ese país podía estar contaminada e infiltrada por la mafia”, recuerda el agente. Litvinenko les dijo que altos mandos de los servicios secretos rusos estaban directamente implicados en el tráfico de heroína desde Afganistán e incluso les aseguró que algunas mafias habían sido directamente creadas por el Estado ruso.

En aquella reunión, Litvinenko explicó cómo llega a detener a Tariel Oniani, capo de la mafia georgiana que residía en Barcelona y que logró huir al arresto de la policía española gracias a un chivatazo, pero sus superiores de los servicios secretos le ordenan que lo deje en libertad. En el relato, ya apareció el nombre de Abramovich, que según el exagente estaría involucrado en el desvío de fondos destinados por el FMI para ayudar a Rusia que acabaron en manos de la mafia.

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También les detalló con pelos y señales la reunión mantenida entre Putin y la familia de Boris Yeltsin para que este aceptara renunciar al poder a cambio del compromiso de que se respetaría su patrimonio. Las partes llegaron a un acuerdo que, según el exagente, fue avalado por el patriarca Alexis II.

Según el libro 'Palabra de Vor', el propio Litvinenko, en su lecho de muerte, les explicó a sus allegados por qué se había decidido a colaborar con España: "Es el único país que está en condiciones de luchar contra esta gente. Tiene los hombres y la determinación necesaria para hacerlo".