Contenedores para los refugiados de la 'jungla' de Calais

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EVA CANTÓN/PARÍS

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Fue una promesa que el primer ministro francés, Manuel Valls, hizo el pasado 31 de agosto en plena crisis migratoria europea. El nuevo Centro de Acogida Provisional (CAP) de refugiados, hecho con 125 contenedores de doce plazas cada uno, ha empezado a instalarse en Calais. En lo que se conoce como la ‘jungla’ de esta ciudad portuaria del norte de Francia, símbolo del drama de la inmigración, malviven en condiciones insalubres unas 4.500 personas a la espera de cruzar de manera clandestina el Canal de la Mancha en busca de un futuro mejor en el Reino Unido.

Fabricados por una empresa de Bretaña, los contenedores del campamento humanitario están aislados, tienen radiadores, enchufes y cada uno de ellos cuenta con seis camas dobles e incluso alguna cuna. Lo que no tienen es agua corriente ni baños, pero en las inmediaciones se pondrán grifos y 80 aseos. “Son espartanos pero funcionales”, asegura la asociación ‘La Vie Active’, encargada de la gestión del nuevo centro.

TIENDAS DE CAMPAÑA

Dieciséis de los nuevos habitáculos estarán reservados para familias. El resto lo ocuparán básicamente hombres que ahora pasan el día en tiendas de campaña inhumanas cerca del centro Jules Ferry, albergue que por la noche sólo permite la entrada a las mujeres, los niños o los enfermos.

El centro estará en un recinto vallado y los migrantes podrán entrar libremente de día o de noche, pero tendrán que identificarse con un código de acceso y eso implica someterse a un análisis morfológico de la mano en tres dimensiones, algo que suscita recelos entre los clandestinos, ante el temor de que se les tomen las huellas dactilares y no puedan pedir asilo en el Reino Unido si logran dar el salto al otro lado del Canal.

En los primeros días sólo unas 200 personas entraron en el campamento. “La gente no viene a la ‘jungla’ para comer y dormir. Están aquí para intentar ir a Inglaterra y tienen miedo de que sea más complicado desde los contenedores, porque el campo se parece a una prisión”, relata a la Afp Sikander Noristany, un afgano de 42 años.

A pesar de la inédita crisis migatoria que ha vivido Europa en el 2015, Francia ha recibido sólo unas 80.000 solicitudes de asilo, frente al más de un millón presentadas en Alemania. Muchos de los refugiados de confesión musulmana que se agolpan en Calais ven en Francia un país poco acogedor, entre otras cosas por la prohibición de llevar el velo en las escuelas.

Tras haber contabilizado hasta 6.000 personas en octubre pasado por el incesante flujo del verano, la cifra se ha rebajado a raíz del traslado de buena parte de ellos a unos 78 centros de acogida provinciales. La intención de las autoridades francesas es reducir el número de inmigrantes en Calais y animarles a presentar una petición de asilo en Francia. La mayoría procede de Siria, Libia, Irak, Sudán, Eritrea y Afganistán.

REFUGIOS CON DECORADOS DE CINE

Además de las medidas oficiales,  hay otras iniciativas llegadas del otro lado del Canal de la Mancha para tratar de mejorar las condiciones de los refugiados. Por ejemplo la del creador de la serie británica  ‘Jekyll and Hyde’Charlie Higson, que al haberse suspendido el rodaje de la nueva temporada ha decidido llevar a la ‘jungla’ los decorados para que se puedan usar en la construcción de albergues, según informa ‘La voix du Nord’.

En agosto, el grafitero británico Banksy, antes de dejar su huella en algunas paredes de la ciudad portuaria gala, anunció su intención de reutilizar los materiales de ‘Dismaland’, el efímero parque de atracciones instalado en el suroeste de Inglaterra, para levantar refugios en Calais.