Otro Castro, igual embargo

Raúl Castro se estrena en la Asamblea de la ONU y el bloqueo frena la normalización

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Ha tenido que pasar más de medio siglo para que Raúl Castro vuelva a pisar EEUU, esta vez para intervenir ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como ya hizo el sábado durante su intervención ante la cumbre del Desarrollo Sostenible, se esperaba ayer que el presidente cubano diera la bienvenida al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con su vecino del norte y pidiera una vez más el levantamiento del embargo comercial y económico que sigue lastrando el desarrollo de la isla caribeña. Pero el lenguaje ya no es el mismo. Prima el tono conciliador, sin aquellas andanadas contra el «imperialismo yanqui» que marcaron una época.

Sigue siendo el Congreso estadounidense el que tiene la llave del embargo, pese a la abrumadora oposición internacional que suscita o las reiterados llamados de la Casa Blanca a levantarlo. «Confío en que nuestro Congreso levantará inevitablemente un embargo que no debería seguir en pie», dijo el presidente Barack Obama durante su intervención. Obama explicó que se mantienen las diferencias con el Gobierno cubano, en asuntos como los derechos humanos, pero insistió que el mejor camino para propiciar la apertura pasa por una relación más estrecha.

Un total de 188 países se oponen a las sanciones impuestas por EEUU desde hace más de medio siglo. Y de hecho, la Asamblea de la ONU lleva desde 1982 aprobando resoluciones para que se levanten, sin que su opinión haya servido hasta ahora de nada. La novedad este año es que por primer vez el Gobierno estadounidense podría respaldar la resolución o abstenerse cuando se vuelva a plantear antes de que acabe el mes.

Estaba previsto que Obama y Castro se reunieran también ayer en uno de los muchos encuentros bilaterales que se celebran en paralelo a la Asamblea «para intercambiar unas palabras», según adelantó la semana pasada la Casa Blanca. Iba a ser la segunda vez que se sienten frente a frente desde que anunciaran el deshielo en las relaciones el pasado 17 de diciembre tras varios meses de negociaciones secretas auspiciadas por el Vaticano. La anterior fue durante la Cumbre de las Américas en Panamá. Pero esta tiene un significado especial porque es la primera vez que Raúl Castro pisa EEUU desde que se sumara a la última etapa del viaje de Fidel a Texas en 1959, pocos meses después del triunfo de la Revolución cubana y antes de que se rompieran las relaciones. Un año después Fidel batió récords en la ONU al pronunciar el discurso más largo de su historia: cuatro horas y 43 minutos.

El encuentro entre los dos dirigentes pone de manifiesto la fluidez con la que se está gestionando el acercamiento. Hace poco más de una semana, ya hablaron por teléfono con motivo del viaje a ambos países del Papa Francisco. Poco antes, Obama había levantado por decreto varias restricciones financieras y comerciales con la isla.