LA POLÍTICA BRITÁNICA

Laborismo a la deriva

Manifestación contra los recortes en Londres, el lunes.

Manifestación contra los recortes en Londres, el lunes.

BEGOÑA ARCE / LONDRES

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Diezmados, divididos, sin líder, incapaces de hacer frente a los conservadores, los laboristas británicos no parecen saber quiénes son, ni tampoco sus votantes. En la noche del pasado lunes el mayor partido de la oposición británico dio el espectáculo. Casi medio centenar de diputados laboristas desafió las órdenes de la dirección del partido.

Se votaba en la Cámara de los Comunes el primer presupuesto de los 'tories' tras su victoria electoral de mayo: una reducción de 17.000 millones de euros en prestaciones sociales, que se aplicarán a lo largo de los próximos tres años. La líder interina, Harriet Harman, en el puesto desde la dimisión de Ed Miliband, había decidido que los laboristas se abstendrían. Harman no esperaba que 48 de sus parlamentarios ignorarían la orden y votarían contra el plan de austeridad, junto a los independentistas escoceses. Finalmente el presupuesto fue aprobado por 308 votos a favor y 124 en contra.

La batalla no era contra Harman, que será sustituida por un nuevo líder cuando sea elegido en septiembre. El desafío de los rebeldes es parte de la guerra por el alma de la izquierda. Una muestra de la crisis de identidad de laborismo, tras encajar este año la peor derrota electoral desde 1987. «El Partido Laborista está sufriendo, como se puede comprender, un trauma emocional», declaró este martes David Blunkett, exministro del Interior de Tony Blair.

VALORES Y FILOSOFÍA

«Debemos desarrollar en los próximos dos años una clara alternativa de valores y filosofía que tome la iniciativa de nuevo y no responda simplemente a lo que los conservadores están haciendo», afirmó el exministro. Blunkett lamentó que la atención en la votación se desplazara «a las divisiones (de los laboristas), en lugar de fijarse en lo que los 'tories' están haciendo, que es inaceptable».

Una quinta parte de los parlamentarios laboristas votaron en contra de los recortes. «Nadaría entre vómitos para oponerme a esta legislación», llegó a decir el diputado John McDonnell. Junto a él también se rebelaron 18 de los recién elegidos en las urnas, que apenas llevan dos meses en el escaño, y Jeremy Corbyn, uno de los cuatro candidatos al liderazgo laborista.

«Como sociedad debemos estar profundamente preocupados por los niveles de pobreza infantil, de gente sin hogares donde vivir, que duermen en la calle», declaró el veterano aspirante a la dirección del partido, que durante años ha representado en los Comunes el punto de vista de la izquierda radical. El resto de los candidatos, Yvette Cooper, Andy Burnham Liz Kendall se abstuvieron. Entre los rebeldes también figuraban tres candidatos a la alcaldía de Londres, que se renovará el próximo año.

TENSIONES INTERNAS

La votación del presupuesto muestra las tensiones internas entre quienes quieren empujar al laborismo, que Ed Miliband trató de inclinar hacia la izquierda, aún más lejos en esa dirección, o quienes, por el contrario, piensan que ha de gravitar hacia el centro.

Existen además las viejas disputas. Aunque Tony Blair y Gordon Brown han abandonado la política, aún persisten las luchas entre partidarios de uno y otro. Una guerra que ha llegado a ser fraticida. El pasado sábado, David Miliband, exministro de Exteriores de Tony Blair, celebró en Londres su cumpleaños. David vive actualmente en Nueva York. Se marchó poco después de que su hermano Ed, más unido a Brown, le retara y se impusiera por sorpresa en la elección de líder hace cinco años. Aquel golpe ha dejado una herida, política y familiar. Desde entonces los dos hermanos apenas están en contacto. A la fiesta por su 50 cumpleaños, David invitó a buena parte de sus amigos del partido. La prensa publicó las fotos, pero Ed no estaba.