PRÓXIMO ANIVERSARIO DE UN MAGNICIDIO

¡Que Viva Kennedy!

Grabación  8 El presidente John F. Kennedy, antes de empezar una comparecencia registrada para la televisión en la Casa Blanca en 1963.

Grabación 8 El presidente John F. Kennedy, antes de empezar una comparecencia registrada para la televisión en la Casa Blanca en 1963.

IDOYA NOAIN / Nueva York

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En 1960, los estrategas de un joven senador de Massachusetts que aspiraba a llegar a la Casa Blanca fueron conscientes de que en estados clave como Tejas o Illinois la victoria, si era, sería por pocos votos. Cada uno contaba, incluyendo los de un grupo que hoy representa el 17% de la población en Estados Unidos pero entonces era solo el 3,2%. El senador era John F. Kennedy. El ansiado grupo eran los latinos. Y la estrategia funcionó: en su victoria sobre Richard Nixon, JFK ganó un porcentaje del voto latino que nadie había conseguido antes ni ha igualado después: el 85%. Fue el triunfo de una táctica bien diseñada. La convención demócrata había apoyado los derechos civiles, el fin de la segregación, la igualdad de oportunidades, el acceso a la vivienda y los derechos de voto, temas que resonaban con los latinos, entonces predominantemente mexicano-americanos.

Kennedy contaba con un estratega hispano en su equipo, James Carlos McCormick, que impulsó la colaboración con grupos como el GI Forum, compuesto por veteranos de guerra hispanos y activistas, y promovió los clubs Viva Kennedy, organizaciones comunitarias presentes en nueve estados que empezaron a movilizar el voto.

Gestos y mensaje

Hubo multitud de gestos. En ninguna campaña antes se había dedicado un anuncio a dirigirse directamente y en español a los latinos, algo que, por primera vez, hizo en septiembre de 1960 la políglota Jacqueline Kennedy (que también hablaba francés, italiano y polaco).

Nunca antes tampoco había habido debates televisados y, en el primero, Kennedy, hablando directamente a la cámara, recordó que los niños negros, mexicanos o portorriqueños tenían la mitad de posibilidades que un blanco de acabar el instituto, una tercera parte de acabar la universidad y el 50% de tener una casa en propiedad. «Podemos hacer las cosas mejor -dijo-. No quiero que se desperdicie el talento de ningún estadounidense».

Católico de origen irlandés, una población que también había sido discriminada, JFK logró además la empatía. Hasta el activista César Chávez (el hombre que creó el 'Sí se puede' que Barack Obama reconvirtió en el exitoso 'Yes we can'), reconoció que «cada vez que se le criticaba por ser católico ganaba puntos con los mexicanos.».

Su presidencia fue, no obstante, una de desencanto para los latinos. Nombró al primer juez federal de distrito con esas raíces y al primer embajador latino. Pero «nada fue sustantivo», explica Michael Olivas, profesor de Derecho en la Universidad de Houston, que este miércoles participa en un simposio sobre Kennedy. «No hubo latinos en su gabinete, colocó a pocos en comisiones… Fueron nombramientos simbólicos, marginales».

Los asesores de Kennedy intensificaron los esfuerzos para intentar que ese voto no se escapaba en 1964. Y eso explica que el 21 de noviembre de 1963, víspera de su muerte, Kennedy acudiera a una reunión de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, otro grupo que movilizaba el voto. El presidente habló a los 700 invitados; Jackie lo hizo en español; fue aclamado Lyndon Johnson, con auténticas conexiones con los hispanos de Tejas, y los mariachis tocaron un corrido compuesto para la ocasión: «Una historia bonita se convierte en leyenda y se adueña del tiempo».

Un legado discutido

«Ningún presidente había agradecido públicamente a los mexicano-americanos así», le decía a AP el historiador Emiliano Zamora. «Esa noche empezó todo», añadía Ignacio García, autor de 'Viva Kennedy: mejicano-americanos en busca de Camelot'.

El profesor de Derecho Michael Olivas cree, sin embargo, que todo se ha romantizado: «Su horrible muerte lo transformó en icónico mártir para causas progresistas cuando no está claro que su historial lo merezca. Con su feroz anticomunismo no mostraba una sensibilidad muy prolatinoamericana. Habría seguido intentando matar a Castro. Su legado respecto a los latinos está lleno de altibajos».