RAPTO DE TRES CHICAS EN OHIO

El 'monstruo' de Cleveland pacta ir a la cárcel el resto de su vida

El secuestrador Castro se declara culpable para evitar la pena de muerte

Ariel Castro, en la oficina del sheriff del condado.

Ariel Castro, en la oficina del sheriff del condado.

EL PERIÓDICO
CLEVELAND

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Ariel Castro, el hombre que mantuvo en cautiverio a tres jóvenes durante más de una década en la ciudad estadounidense de Cleveland, aceptó ayer la condena a cadena perpetua sin opción a libertad condicional -más de 1.000 años de prisión- para evitar así enfrentarse a la pena de muerte.

Castro, de 53 años, aceptó el acuerdo alcanzado entre su defensa y la fiscalía, que no le permitirá salir jamás de prisión. Durante una audiencia preliminar en Cleveland, el juez Michael Russo preguntó en varias ocasiones a Castro si entendía que, mediante el acuerdo, estaba asumiendo la autoría de los hechos, así como que nunca podría volver a estar en libertad. «¿Usted entiende que nunca volverá a salir de la cárcel?», preguntó el juez a Castro durante la audiencia, a lo que éste contestó con un rotundo «sí».

Castro, vestido ayer con un mono naranja y con una abundante barba, fue acusado de tener secuestradas durante más de diez años en su casa de Cleveland, en el estado de Ohio, a Amanda Berry, Gina DeJesús y Michelle Knight, que lograron escapar en mayo pasado. El procesado, de origen portorriqueño, se enfrentaba a 977 cargos, entre ellos 512 de secuestro, 446 de violación y siete de abuso sexual, así como dos cargos de homicidio agravado por supuestamente golpear a una de las mujeres hasta causarle un aborto. La acusación también presentó seis cargos por asalto sexual, tres cargos por negligencia infantil y un cargo por posesión de herramientas delictivas.

FÓRMULA LEGAL/ Los 1.000 años añadidos a la condena es una fórmula legal que garantiza a la fiscalía que el exconductor de autobuses escolares estará en prisión de por vida. El acuerdo, además, garantiza que las víctimas no tengan que revivir su terrible experiencia en una audiencia pública en el juicio.

«Mi adicción a la pornografía y mi problema sexual realmente ha hecho mella en mi mente», explicó Castro ante la juez, a quien más tarde dijo que había sido víctima de abusos sexuales cuando era niño.

La aparición con vida de las tres chicas conmocionó a Cleveland. Dos de las víctimas eran muy conocidas y se organizaban vigilias cada aniversario de su desaparición.