Detroit, entre el desánimo y la esperanza

Un hombre pasa por delante de un grafiti con la palabra 'Help' (ayuda), en el centro de Detroit.

Un hombre pasa por delante de un grafiti con la palabra 'Help' (ayuda), en el centro de Detroit. / CRO CH**NY** PS**NY** MM**NY**

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Labancarrota de Detroit ha sido el golpe de gracia que ha recibido la ciudad, antañomotor económico deEEUU gracias a su potente industria del automóvil conFord, General Motors yChrysler al frente. La ciudad es hoy una sombra de lo que fue. Un tercio de sus 700.000 habitantes viven en el umbral de lapobrezay una quinta parte están sinempleo.

La calidad de vida y losservicios públicos también han sufrido un grave deterioro. El índice decriminalidades el más alto en 40 años, solo un tercio de lasambulancias funcionan y hay unos 78.000edificios abandonados que crean "problemas adicionales de seguridad pública", según ha admitido el gobernador de Michigan, el republicano Rick Snyder, en una carta que se ha adjuntado a la solicitud de quiebra que ha impulsadoKevyn Orr, el gestor nombrado el pasado marzo para intentar sacar a la ciudad de esta situación.

En el primer trimestre de este año, solo funcionaba un 40% de los semáforos de la ciudad y solo la mitad del alumbrao público. Y la policía tardaba una medía de58 minutos en atender llamadas de emergencia; una cifra cinco veces superior a la media nacional. El despilfarro y las acusaciones decorrupciónpolíticas han minado también al Gobierno municipal.

Una buena muestra del deterioro que ha sufrido la ciudad es el libro'The Ruins of Detroit' de los fotógrafos Yves Marchand y Romain Meffre, que durante cinco años, entre el 2005 y el 2010, se dedicaron a fotografiar emblemáticos espacios de la ciudad convertidos en ruinas.

"Es el botón de reinicio"

Los habitantes de Detroit viven la situación con cautela. Algunos dudan de que la ciudad sea capaz de salir de este pozo. "No sé si la bancarrota nos ayudará a nos dejará de rodillas", opina Jodie Holmes, de 55 años, apoyado en un restaurante abandonado mientras espera el autobús para ir a trabajar. Damien Collins, jubilado de la industria del automóvil, es de la misma opinión. "No sé si servira, pero no ha funcionado ninguna otra cosa. ¿Por qué no intentar la bancarrota?, apunta en la puerta de su casa, rodeada de viviendas abandonadas.

También hay quien opina que tras tocar fondo, la ciudad resurgirá. 'La bancarrota es elbotón de reinicio", opina el ingeniero informático Jim Fields, de 37 años, que recientemente se ha mudado de los suburbios a un loft en el centro de Detroit. "Es una oportunidad de oro para hacer de nuevo esta ciudad y hacerlo bien. Estoy muy esperanzado", asegura Fields, que está entre los numerosos profesionales que se están trasladando a vivir a edificios históricos de la ciudad. Joanna Maslach, de 30 años y gerente de un restaurante de la ciudad, también es optimista pero tiene reparos con la clase política. "Detroit tiene mucho que ofrecer pero necesitamos un barrido para limpiar a los políticos. Todavía hay mucha corrupción", denuncia.

El diario 'The Detroit News' se alinea con los optimistas en uneditorial en el que señala que la bancarrota es la culminación de un declive iniciado hace años ante la parálisis y la ineficacia y la corrupción de la clase política de la ciudad. El rotativo, que admite que se abre ahora un proceso de incertidumbre, opina que la bancarrota ofrece un "soplo de esperanza" para los habitantes de la ciudad. Y llama a los ciudadanos a "convertir la bancarrota en un renacimiento de la ciudad, comprometida con la disciplina fiscal y un gobierno responsable". 

Críticas a Obama

Y en este debate sobre el futuro inmediato de la ciudad, ya hay voces en la ciudad que han fijado la vista en el presidente del país, Barack Obama, a quien acusan de no haber acudido alrescatede Detroit. Para calmar los ánimos, la Casa Blanca aseguró a última hora del jueves que Obama y sus asesores estánsiguiendo "muy de cerca"la situación. "Al tiempo que los dirigentes de Detroit y Michigan y los creditores intentan encontrar una solución al reto financiero de Detroit, la Casa Blanca sigue comprometida en su colaboración con Detroit mientras trabaja para recuperarse y mantener su estatus de una de las grandes ciudades de EEUU", señalaba una portavoz.

Una posición que no acaba de convencer en la ciudad.The Detroit News señalaba tras recoger el posicionamiento del Gobierno federal que "la semana pasada laCasa Blanca no ofreció ningunaayuda a la ciudad para evitar la bancarrota". Un portavoz de Orr citado por este diario admitía que en una reunión celebrada el pasado abril no se había pedido de manera formal ayuda a Washington pero que los asesores de Obama habían dejado claro que no iba a haber un rescate como el que salvó al sector del automóvil.