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El primer ministro de Japón pide unidad en la peor crisis del país desde la segunda guerra mundial

EFE / Tokio

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El primer ministro nipón, Naoto Kan, ha pedido unidad a sus conciudadanos para afrontar las consecuencias del grave terremoto del viernes, que ha calificado como la peor crisis que afronta Japón desde el final de la segunda guerra mundial. La factura de los destrozos suma ya 100.000 millones de dólares, según los primeros cálculos.

Kan ha dicho que la situación es "preocupante", al tiempo que ha expresado su gratitud y "respeto" por la calma con que la población japonesa ha hecho frente al seísmo, que con 9 grados de magnitud ha sido uno de los más graves de la historia. "No será fácil, pero superaremos esta crisis, como hemos hecho en el pasado", ha asegurado el jefe del Gobierno de Tokio.

Kan ha comparecido tarde en televisión para dejar claro al pueblo que el futuro de la nación se verá determinado por la manera en que se enfrenten a la tragedia. "Es la crisis más grave para Japón desde que terminó la guerra hace 65 años", ha afirmado.

Una de las primeras medidas del Ejecutivo ha sido autorizar a las empresas Tokyo Electric Power y Tohoku Electric Power a efectuar cortes de electricidad de hasta tres horas de duración al día, a partir de mañana, para garantizar el suministro en las zonas del noreste del país afectadas por el temblor y posterior tsunami. "Ha sido una decisión muy difícil, habrá gente que se quedará sin luz", ha admitido Kan.

Millones de personas siguen sin luz

El líder nipón ha indicado que las compañías podrán interrumpir el abastecimiento si lo necesitan y tomar electricidad de otras empresas para evitar apagones en las provincias de Aomori, Iwate, Miyagi y Fukushima. Kan ha advertido de las "graves consecuencias" que tendría para la economía un suministro eléctrico irregular, como una escasez de comida o agua potable.

Dos días después del terremoto en el noreste de Japón, millones de personas siguen sin electricidad ni agua corriente en las zonas afectadas, mientras el Gobierno alerta de que puede haber apagones si no se ahorra luz.

Japón teme el impacto económico del desastre natural. La Bolsa de Tokio operará mañana, lunes, con normalidad y el Banco de Japón (BOJ) inyectará en el mercado una "gran cantidad" de liquidez a partir de mañana, según el gobernador del emisor nipón, Masaaki Shirakawa.

Lucha contra la especulación

El Gobierno se ha comprometido a su vez a tomar medidas contra la especulación y a trabajar con el BOJ para afrontar el impacto financiero del seísmo de forma coordinada. "Colaboraremos más de cerca que de costumbre", dijo el ministro de Política Económica y Fiscal, Kaoru Yosano, que no descartó que el banco central aplique una política monetaria "no convencional" para ayudar al Gobierno a rebajar la tensión económica.

Ante la interrupción del transporte y los problemas de logística provocados por el terremoto, muchos de los grandes grupos industriales japoneses han optado por reducir o detener temporalmente su producción en el archipiélago. Es el caso de Toyota, Nissan, Honda y Suzuki, que mantendrán este lunes paralizada la producción en todas sus plantas de Japón, al no poder asegurarse el suministro de las piezas. También Sony tiene cerradas seis factorías.

El grupo Mazda, con sede en la provincia meridional de Hiroshima, es el único fabricante del motor que planea operar sus plantas con normalidad.