Crisis en el gobierno francés

La dimisión de dos ministros no alivia la presión sobre Sarkozy

El fiscal investigará a la mujer del ministro de Trabajo en el 'caso L'Oréal'

El ministro Joyandet, el pasado abril, a bordo de un avión privado.

El ministro Joyandet, el pasado abril, a bordo de un avión privado.

ELIANNE ROS / Paris

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ni la dimisión de dos ministros pillados en flagrante delito de derroche ni las medidas de austeridad para poner a régimen al Gobierno francés han logrado aplacar el escándalo que rodea al titular de Trabajo, Eric Woerth, y que presiona cada vez más al presidente Nicolas Sarkozy. El ministro sigue enredado en elcaso L'Oréal,una guerra de familia que ha revelado que su esposa trabajaba para la empresa que gestionaba la fortuna de la heredera de la marca, Liliane Bettencourt, acusada de evasión de impuestos. Ayer el fiscal anunció que investigará «las condiciones en las que fue empleada» Florence Woerth cuando su marido era ministro del Presupuesto. Es decir, si fue contratada por su influencia para que la mujer más rica de Francia no fuera inquietada por el fisco.

En este contexto de novela de John Grisham sobre las bambalinas del poder, la oposición no dudó en calificar de «cortina de humo» la dimisión de los secretarios de Estado Christian Blanch, por cargar al Estado los 12.000 euros consumidos en puros en un año, y Alain Joyandet, por gastar 160.000 euros en un viaje en jet privado. Ambos tienen rango de ministros y sus cabezas –que ya habían empezado a rodar– debían servir al Elíseo de cortafuegos para salvar a Woerth de la quema.

Sin embargo, no está claro que Sarkozy pueda evitar la caída de este hombre de confianza, al que puso al frente de una de las reformas más difíciles, la de las pensiones.