CAÍDA DE UN DELINCUENTE DE PELÍCULA

La policía francesa detiene a un timador que arruinó a una cineasta tras dejar un rastro de sonadas estafas en Hollywood

Rourke y la familia Jackson figuran entre sus víctimas

Ladrón de guante blanco. Rocancourt, junto con Naomi Campbell, a su llegada a Cannes en el 2008.

Ladrón de guante blanco. Rocancourt, junto con Naomi Campbell, a su llegada a Cannes en el 2008.

ELIANNE ROS
PARÍS

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La cineasta Catherine Breillat buscaba a un granuja para interpretar, junto a Naomi Campbell, al protagonista de su decimotercer filme: Bad love. Y se fijó en él. Christophe Rocancourt tenía el perfil ideal. Condenado a cinco años de cárcel en EEUU por haber desplumado a un puñado de famosos –con nombres como Jean Claude Van Damme, Mickey Rourke o la familia Jackson–, este incorregible buscavidas de 42 años fue detenido ayer en Francia por haber estafado más de 650.000 euros a Breillat, la directora que le dio la oportunidad de iniciar una carrera de actor.

El inspector George Mueller, el policía de la brigada de Los Angeles que no paró hasta ponerle entre rejas, lo había predicho: «Cuando salga de la prisión, volverá a las andadas, porque esto es lo que hace. No creo que sea capaz de cumplir un solo día con una larga jornada laboral». No se puede decir que Rocancourt ocultara su abultado historial. Al contrario, lo exhibía con orgullo. Su libro Mis vidas, en el que explica sus rocambolescas hazañas delictivas, fue un superventas. Así que publicó un segundo titulado Yo, Christophe Rocancourt, huérfano, playboy y recluso. Otro éxito.

Como Richard Gere

En Francia caía simpático un tipo que había engañado a la jet-set de Hollywood adoptando mil y una identidades: hijo de un famoso productor, sobrino de Sofia Loren, excampeón de boxeo, heredero de una familia noble... Vestido de Armani y al volante de un Ferrari –a imagen de Richard Gere en American Gigoló–, su modus operandi consistía en ganarse la confianza de gente del mundo del espectáculo y pedirle préstamos que nunca devolvía.

Cuando la fama de chorizo de este francés conocido en California como «el amigo de las estrellas» se empezó a extender en la Costa Oeste, se mudó a Nueva York. Allí se convirtió en Christophe Rockefeller, descendiente de la acaudalada familia. Se presentaba como hombre de finanzas y lograba que sus amigos de la alta sociedad le confiaran dinero para realizar falsas inversiones. Siempre acompañado de bellas mujeres, alcanzó el estatus de semifamoso. Incluso salió en The New York Times. Casado con una modelo de Playboy, Pia Reyes, con quien tuvo un hijo, fue cazado finalmente en Canadá en el 2003 tras haber estafado a una veintena de personas unos 40 millones de dólares (28 millones de euros).

Esa vida de película, con infancia desgraciada incluida –fue abandonado en un orfanato por un padre alcoholizado y una madre que se prostituía–, hizo las delicias de los talk shows. La desfachatez con la que ridiculizaba a sus víctimas y afirmaba que no tenía por qué pedir excusas porque ya había pagado su deuda en la cárcel captó la atención de Breillard: «Era carismático y dio muy bien en el casting». Así, en el 2008, tras anunciarse el rodaje de Bad love, Rocancourt pisó triunfal la alfombra roja del festival de Cannes con Naomi Campbell.

Sin embargo, igual que en la fábula del escorpión y la rana, no pudo evitar volver a clavar el aguijón. La cineasta maldice la hora en que conoció a Rocancourt. «Fue el peor día de mi vida, peor que cuando tuve el accidente vascular celebral», afirma la directora, que además de sufrir las secuelas de una hemiplejia se rompió una muñeca mientras preparaba el filme.

Acogida en su casa

Breillard fue acogida en casa de Rocancourt y su nueva esposa, la exmiss y actriz francesa Sonia Roland, con la que tuvo una hija y de la que hoy está separado. La realizadora aún no se explica cómo, durante los cuatro meses que vivió con la pareja, acabó firmando una serie de cheques hasta alcanzar la suma de 650.000 euros. Arruinada, este verano ha tenido que vender su casa y abandonar el filme mientras Rocancourt se paseaba en Aston Martin por Saint Tropez.

Su venganza tiene forma de libro. Una novela titulada Abuso de fragilidad, en la que relata su increíble historia y que amenaza también con convertirse en un superventas. Breillard ya sueña con adaptarla al cine con el título de La hiena, aunque tendrá que pedir permiso a Hollywood, que ha comprado los derechos para hacer un filme sobre la vida del hombre que estafó a sus estrellas. Negocio redondo para Rocancourt.

De momento, sin embargo, debe hacer frente a un proceso judicial por aprovecharse de la debilidad física y psíquica de Breillard. Rocancourt rechaza la acusación diciendo que él nunca ha robado a sus víctimas. Simplemente «no devolvía» el dinero prestado.