FINAL DE UN MISTERIO DEL SIGLO XX

El ADN confirma que toda la familia del último zar ruso fue asesinada

Retrato del zar Nicolás II realizado en 1900 Ernst Karlovitch Lipgart.

Retrato del zar Nicolás II realizado en 1900 Ernst Karlovitch Lipgart.

EFE
MADRID

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Los cinco hijos del último zar ruso fueron asesinados al igual que sus padres durante la revolución bolchevique, según un estudio de ADN que ha sido dado a conocer hoy por la publicación online de la Public Library of Science (PLOS).

Un equipo de científicos internacional ha puesto así fin a uno de los grandes misterios de la Historia reciente del siglo XX, el destino de la última familia imperial rusa que fue asesinada en julio de 1918 y con las especulaciones de que alguno de los hijos de Nicolás II había sobrevivido.

Pero un estudio de ADN a los restos hallados en una tumba (localizada en el verano de 2007 a unos 70 metros de una primera en la que estaban la mayoría de los Romanov) reveló que se trataba de otros dos niños de la familia: el heredero al trono Alexei y una de sus cuatro hermanas (Olga, María, Tatiana, Anastasia).

Tumba hallada en 1991

La investigación llevada a cabo constó de un análisis combinado de ADN mitocondrial, autosomal y del cromosoma Y, que, a su vez, fue contrastado con el ADN que se halló en los restos humanos de la primera tumba, en la que fueron enterrados la mayoría de los Romanov y que fue descubierta en una excavación en 1991.

Aunque el misterio parece que sigue reinando: se desconoce la identidad de la niña que fue enterrada junto al heredero del trono de la Rusia Imperial, Alexei.

A primeras horas de la mañana del 17 de julio de 1918 la familia entera junto con tres de sus miembros del servicio y su médico fueron fusilados y luego rematados con bayoneta en un sótano en la llamada casa Ipatiev de la ciudad de Yekaterimburgo (Rusia central), ante la posibilidad de que las tropas zaristas les liberaran.

Tras un intento fallido de dejar sus restos mortales en una mina abandonada, los cadáveres fueron trasladados a un campo a algunos kilómetros de allí. En ese lugar, nueve de los once ejecutados fueron enterrados en una tumba mientras que los otros dos, que han sido hallados ahora, fueron sepultados a unos 70 metros.