REACCIÓN DE LA DIÁSPORA AL CONFLICTO BÉLICO

La colonia georgiana en BCN protesta contra el ataque ruso

Muchos temen por sus familias, enviadas a Georgia de vacaciones

Dos georgianos enarbolan una bandera en la manifestación de ayer ante el consulado ruso en BCN.

Dos georgianos enarbolan una bandera en la manifestación de ayer ante el consulado ruso en BCN.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Podría ser Tiflis. Pero no lo es. Es Barcelona. Es el corazón de Pedralbes. Es la avenida Pearson. Aquí, ante el consulado ruso, se reunieron ayer por la tarde medio millar de georgianos llegados de toda Catalunya para protestar por la intervención militar rusa contra su país y mostrar que, pese a la distancia, la rabia es la misma.

"No es justo lo que hace Rusia", clama Gina, una joven con la faz descompuesta. "Si esta agresión dura más, me vuelvo, quiero estar con mi gente", explica intentando alzar su voz para hacerse entender entre los cánticos de los manifestantes, que enarbolan banderas de Georgia, inconfundibles con su cruz de San Jorge que enmarca cuatro pequeñas cruces.

La comunidad georgiana, que en Catalunya está compuesta por 3.000 personas --en toda España, 7.300--, no faltó a una manifestación organizada espontáneamente. "Empezamos a llamar a la gente, a enviar sms y mails", cuenta Aleco Iashagashvili, uno de los artífices.

Muchos llegaron en buenos coches y lustrosas furgonetas, muestra de que a este colectivo, dedicado sobre todo a la construcción y que llegó a principios del 2000, está bien asentado económicamente. "No hay paletas como nosotros", dice Gela Merabishvili, un georgiano.

Pese al éxito de la concentración, Aleco está abatido. Un primo suyo, soldado, falleció en el bombardeo ruso de Gori. "Tenía 24 años y hace dos meses que fue padre", exclama y maldice los intereses económicos: "A Rusia nadie le para los pies. ¿Por qué? Por el petróleo. Da asco".

NÚMERO DE CONGREGADOS

Hace calor y el sol pega fuerte. Pero no paran de gritar eslóganes en georgiano --Sakatvelo gauman yosh ("Viva Georgia")-- y castellano --"Putin agresor"-- . Nadie esconde sus sentimientos. "Estamos destrozados, con esta manifestación intentamos hacer algo por ellos", dice Irakli Lekishvili, que añade: "Nos buscamos para hablar y desahogarnos". La afluencia a la manifestación le sorprende: "En seis años que llevo en España nunca había visto a tanto georgiano junto". De hecho, por número de participantes, esta manifestación supera a las realizadas por georgianos en París y Estambul.

EL MAESTRO DE CEREMONIAS

Además, la guerra se ha producido justo cuando muchos georgianos residentes en Catalunya habían enviado a Georgia a sus esposas e hijos a pasar el verano. "Yo tengo allí a mi mujer y a mi niño. Tengo mucho miedo por ellos", cuenta Aleco.

De pronto, Soso Kopaleishvili, músico y teólogo que toca en la Iglesia Ortodoxa Georgiana de Barcelona, se erige en el líder de la concentración. Llega vestido con el choja, el traje tradicional georgiano, de largos faldones negros, botas altas y dos cananas en el pecho para llevar balas, reemplazadas por barras de plástico blanco. Su voz se eleva entre los eslóganes y los presentes empiezan a seguirle mientras reza una oración, seguida de un canto solemne a la libertad, el mravalgamier. Sudoroso, por el asfixiante choja, avisa: "Esta agresión no es nueva. Hace 400 años que hacen esto". Irakli coincide: "Rusia cree que Georgia es una colonia suya. Es increíble que en el 2008 un país ataque a su vecino. Esto no pasa ni en África".