Un diputado antisirio muere en un nuevo atentado en Beirut

Bush acusa a Damasco y le pide que ponga fin a las "injerencias"

EL PERIÓDICO / BEIRUT

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El brazo de Damasco parece no tener límites en el Líbano. Un nuevo atentado con bomba en Beirut costó ayer por la tarde la vida al diputado Walid Eido, a su hijo mayor Jaled, y a otras ocho personas, incluídos dos guardaespaldas del parlamentario. Hubo también al menos 11 heridos.

Eido pertenecía a la mayoría parlamentaria antisiria que lidera Saad Hariri. La explosión se produjo en una calle contigua al frente marítimo. La cadena Future TV, propiedad de la familia de Hariri, mostró imágenes en las que aparecía un coche totalmente destruido y en llamas. Un periodista de la agencia France Presse vio extendidos por el lugar pedazos de cuerpos desgarrados y charcos de sangre, mientras se rescataba a los heridos.

CONTRA SIRIA

Con esta ya son seis las bombas que han estallado en Beirut y sus alrededores en menos de cuatro semanas, aunque la de ayer fue la que tuvo consecuencias más graves. Desde el asesinato del primer ministro Rafik Hariri en febrero del 2005 los homicidios de figuras antisirias se han repetido.

De hecho, el presidente estadounidense, George Bush, acusó anoche veladamente a Siria del atentado.

"Existe un patrón constante y claro de asesinatos y tentativas en el Líbano desde octubre de 2004. Las víctimas han sido aquellos que trabajan por un Líbano soberano y democrático, aquellos que quieren poner fin a la injerencia del presidente sirio Bachar al Assad en Líbano", indicó Bush en un comunicado.

El presidente de EEUU condenó "con fuerza" el asesinato y subrayó su apoyo "a Líbano, su gente y su Gobierno legítimo cada vez que enfrenten estos ataques".

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