Símbolo local

L’Hospitalet tendrá que volver a licitar las obras del Pont d’en Jordà tras la renuncia de la empresa

Fuentes municipales explican que la compañía se ha desvinculado por el aumento de los precios de los materiales

CONTEXTO | La tan reclamada reforma del Pont d’en Jordà de L’Hospitalet, un paso más cerca

Àlex Rebollo

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La rehabilitación del Pont d’en Jordà de L’Hospitalet, también conocido como Pont de la Torrassa, parece estar maldita. Tras años de reclamaciones vecinales y estudios, en febrero de 2023, el Ayuntamiento de L’Hospitalet publicó la licitación de las tan ansiadas obras. El proceso administrativo siguió su curso y se adjudicó el contrato a la empresa Construcciones y Servicios Faus, SA. Sin embargo, la compañía ha renunciado al contrato de la remodelación.

Esto supone que el consistorio debe volver a licitar las obras y que el inicio de los trabajos se alarguen mucho más en el tiempo, dado que tiene que llevarse a cabo todo el proceso administrativo, otra vez. 

El motivo de la renuncia, tal y como adelantó ‘LH Digital’ y confirman fuentes municipales a este diario, es el aumento de los precios de materiales y trabajos desde que se inició la contratación. Un problema con el que lidian todas las administraciones desde que se inició la escalada de precios derivada de la crisis del covid-19 y de los problemas de suministros por los distintos conflictos bélicos internacionales.

La infraestructura debe su nombre al impulsor de las obras, José Jordà Polls, propietario de terrenos en el entorno del puente y que llegó a ser alcalde de L'Hospitalet durante un muy breve período de tiempo —del 28 de enero al 26 de febrero de 1930—. Con los años, se ha convertido en todo un símbolo de la unión entre Torrassa y Santa Eulàlia, dos barrios contiguos, pero separados por un desnivel y el paso de las vías del tren desde que se instalaron a mediados del siglo XIX.

Obras previstas

En términos generales, el estudio para rehabilitar el Pont d’en Jordà detalla que la estructura presenta "seguridad suficiente frente a las acciones derivadas de la sobrecarga de uso", pero que, sin embargo, localmente presenta problemas de inestabilidad elástica con la normativa actual. "Esto se atribuye al endurecimiento de las restricciones normativas en comparación con las existentes en los años 30, fecha de la pasarela", dice el texto.

Entre los objetivos de la rehabilitación del viaducto está recuperar en la estructura un estado de sus superficies metálicas y de hormigón compatibles ausente de oxidación y desprendimiento de los materiales; reforzar la estructura con aquellos elementos que, a juicio el proyectista, sean necesarios para dotar al puente de capacidad suficiente para su uso con plenas garantías de seguridad y confort.

La remodelación, en la formalización del contrato, incluía un coste de 332.736,62 euros.

Historia del puente

Una vez llegue el soterramiento de las vías de tren a su paso por L’Hospitalet, un proyecto para el que todavía faltan años, vecinos y consistorio quieren mantener el Pont de la Torrassa como símbolo local y elemento constructor de la identidad local, a pesar de la previsible pérdida de su funcionalidad.

El Catedrático y Doctor en Història Contemporània por la Universitat de Barcelona, Carles Santacana, explica en su libro ‘Victoriosos i derrotats: El franquisme a L’Hospitalet’ que, en los años treinta, L’Hospitalet ya presentaba grandes divisiones urbanísticas que permitía percibir en los planos de la ciudad “la separación física entre los tres núcleos principales” que componían la ciudad en aquel entonces. Así, Santacana describía ya las vías de tren como una de las mayores dificultades para cruzar la ciudad. “Y todo esto sin pasos a nivel ni puentes”.

De este modo, el Pont d’en Jordà, definido en el catálogo municipal como “el elemento singular más importante de obra pública que encontramos en L'Hospitalet”, es obra del ingeniero Santiago Rubió y contó con una intervención “puntual” del arquitecto municipal Ramon Puig Gairalt.

De hecho, la idea original para la construcción del puente fue de 1907, sobre las vías del tren —instaladas en 1855—, pero fue hasta la década de 1930, coincidiendo con la llegada del metro a Santa Eulàlia en 1932, cuando el proyecto recibió el impulso definitivo. Las obras empezaron en 1934 y el viaducto fue inaugurado tan solo un año después, estableciendo así la conexión entre los barrios de Torrassa y Santa Eulàlia.