MWC 2024

Colas de más de media hora para coger un taxi en el primer día del Mobile: “Lo prefiero aunque tenga que esperar”

Cientos de congresistas deciden aguardar para poder desplazarse a Barcelona antes que hacer hacer uso de un transporte público lleno

El Mobile World Congress regresa a una Barcelona convertida en capital mundial de la tecnología

El Mobile World Congress 2024 remonta con fuerza en Barcelona pero sin la locura precovid

Cientos de congresistas del Mobile World Congress hacen cola para coger un taxi.

Cientos de congresistas del Mobile World Congress hacen cola para coger un taxi. / Jordi Cotrina

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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A medida que cae la tarde, el goteo de personas que abandona el recinto de Gran Via de Fira Barcelona es contante. Con ya buena parte de las actividades terminadas, los congresistas despiden la primera jornada del Mobile World Congress 2024 y se disponen a buscar un transporte que les lleve de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) a su hotel, a un restaurante o a algún evento adicional en el que terminar de hacer negocios.

A las 17 h, más de 500 personas hacen cola ya en una de las paradas de taxi habilitadas. Sin contar aquí a todos aquellos asistentes algo desnortados que, ignorantes de la existencia de la estación, tratan de lograr que un taxi ya ocupado por otros visitantes les abra sus puertas para trasladarles a Barcelona. 

Hay demasiada gente para coger un taxi, pero es habitual que sea así”, dice a este diario Leong, quien acude este año a su quinta edición del Mobile y, llegado tan solo un día antes de Malasia, explica que cada vez que viene al congreso de telefonía móvil aprovecha para “intentar hacer algo nuevo”. Este año, explica que ha visitado ya un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, aunque no había opción de una guía en inglés, por lo que trató de entender lo que buenamente pudo.

“El transporte debería estar mejor distribuido, aunque en el pasado era incluso peor”, comenta un visitante proveniente de China y que insiste en que prefiere no decir su nombre. “Antes solía ir en metro o tren, pero ahora prefiero el taxi, aunque tenga que esperar treinta minutos”, añade el congresista, quien, con más de 10 ediciones del Mobile a sus espaladas, recuerda como cuando al ir en metro había “como miles de personas todas hombro con hombro”.

Lleno en el transporte público

A pocos metros de la parada de taxi, en el subsuelo, otros cientos de turistas de negocios se agolpan en los vagones de tren de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), convoyes ya cargados de vecinos de Barcelona y L'Hospitalet que vuelven a casa tras terminar su jornada laboral en algún municipio de la región metropolitana sur. Un escenario que, al igual que ocurre con los taxis, se repite año a año pese, incluso, a los refuerzos del servicio que se aplican en estas fechas.

El escenario en la L9 del metro dirección Torrassa (L1) y Collblanc (L5) no es muy distinto. En la parada Fira los vehículos absorben ya a los primeros cientos de congresistas. En la siguiente estación, Europa Fira, el metro se llena ya casi hasta los topes aún pendiente de recoger nuevos viajeros en paradas intermedias. 

Precisamente, las dificultades de movilidad son una de las quejas más habituales entre, por una parte, los vecinos de L’Hospitalet de barrios colindantes a la Fira como Santa Eulàlia o Granvia Sud y, por otra, de esos trabajadores de la metrópolis que estos días de febrero ven como la afluencia en el transporte público se multiplica.

Por ello, y por la necesidad de moverse por varios rincones de Barcelona una vez terminado el primer día del evento, Mindy Hull explica que opta por el taxi antes que otros transportes, aunque incide en la necesidad de “mejorar el servicio”, dado que “solo hay dos lugares donde se pueden coger”. 

Hull, CEO de Mercury Global Partners, una empresa de relaciones públicas vinculada a las tecnologías emergentes y radicada en San Francisco, acude fielmente al Mobile World Congress desde 2008, y dice que, más allá de reuniones de negocios y saborear la gastronomía local, disfruta de, cuando tiene tiempo libre, ir a la playa o al Tibidabo, lugares “especiales” para ella y su marido, a quien conoció en Barcelona.

Clive Booth, asistente inesperado

Ya con los últimos rayos de sol, muchos de los congresistas del MWC que abandonaban las instalaciones a partir de las 18 h eran recibidos a las puertas de la Fira por Clive Booth, el popular y siempre provocador artista barcelonés, con un cartel en su cabeza que decía: “We are the most bewitched in all history. Congratulations”. Es decir, en su traducción del inglés: “Somos los más hechizados de toda la historia. ¡Felicidades!”. Un cartel acompañado a su vez de un palo que dejaba caer un falso teléfono móvil frente a su rostro a modo de zanahoria.

A sus 74 años y pese a decir que le duele la pierna, ha permanecido más de una hora prácticamente quieto, impertérrito al incesante paso de congresistas que salían sin parar. Alrededor de unos 95.000 asistentes prevén sumar los organizadores al final los cuatro días de congreso. “Es como un partido de fútbol. Cuando salen del estadio, cansados, ya no ven nada. Nadie mira a nadie”, comenta a este diario este filósofo de origen inglés, quien afirma que el teléfono “es más poderoso que todos los dioses inventados hasta ahora".