Seguridad y transporte público

Una encuesta sitúa la L1 como la línea del metro de Barcelona con más delitos

Aglomeraciones y ocio nocturno, entre los factores que explican la concentración de incidencias

Un convoy de metro a su paso por la estación de Sant Andreu, en la L1

Un convoy de metro a su paso por la estación de Sant Andreu, en la L1 / FERRAN NADEU

Àlex Rebollo
Gerardo Santos
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El metro de Barcelona es uno de los más seguros del planeta, pero aún así concentra un volumen destacado de las incidencias que ocurren en la ciudad. La última 'Enquesta de Victimització de l'Àrea Metropolitana de Barcelona', elaborada por el Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona (IERMB) a partir de una muestra de 8.308 entrevistas a ciudadanos metropolitanos, señala que el 21,1% de las personas que afirmaron haber sufrido un hecho delictivo en el transporte público durante 2022 aseguraron que tuvo lugar en la L1 (roja) del metro de Barcelona.

La diferencia con el resto de líneas de metro es notoria. Las líneas 3 (verde) y 5 (azul) recogen un 10,4% y un 10,2% de victimización, respectivamente, según la encuesta del IERMB. El propio estudio explica que las zonas donde se acumula más criminalidad responden a “las estaciones ubicadas en el centro de la ciudad, bien en aquellas que actúan como intercambiadores o bien en aquellas que se localizan en ‘hubs’ de actividad económica como, por ejemplo, la parada de la plaza Espanya”.

A este respecto, fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) destacan que "las incidencias relacionadas con temas de seguridad han descendido en la L1, y en toda la red de metro en general, en comparación al periodo previo a la pandemia". Desde TMB enfatizan que siguen mejorando la seguridad y reivindican que "viajar en transporte público es seguro".

Un dato determinante para contextualizar el fenómeno es que la L1 es la que más pasajeros transporta. En 2022 fueron casi 100 millones (99.226.649), casi 30 millones más que la L3 y unos 12 millones más que la L5. A mayor concurrencia, mayor potencialidad delictiva. Pero también influyen otros factores como las aglomeraciones propias de la línea o el vinculo delictivo con el ocio nocturno.

La victimización en la L1 equivale a la del bus

En total, contando los pasajeros de todas las líneas de metro, bus, Ferrocarrils de la Generalitat urbanos (FGC), Trambaix, Trambesòs, y la primera corona de RENFE Rodalies, el número de viajeros anuales asciende a unos 627 millones. Se trata de datos de 2022 excepto para los servicios de Tram y RENFE, para los que los datos pertenecen a 2019, el último año de normalidad antes de la pandemia.

Así, la L1 del metro soporta el 15,8% de la movilidad urbana en la primera corona metropolitana, mientras que, según la encuesta del IERMB, recoge el 21,1% de los hechos delictivos referidos por los encuestados.

Se trata de un porcentaje prácticamente calcado al de las personas que aseguraron haber sufrido algún hecho contra la seguridad personal en todo el entramado de líneas de bus urbano. Con una gran diferencia: si el total de pasajeros de la L1 en 2022 rozó los 100 millones, las líneas de bus alcanzaron los 175 millones.

Aglomeraciones en la estación de Sant Andreu

Aglomeraciones en la estación de Sant Andreu / FERRAN NADEU

Aglomeraciones, ‘durmientes’ y turistas

El secretario general del Sindicat Professional de Seguretat (SPS), Jordi Miguel, afirma que en el metro “existe un tipo de delincuencia propia”. A partir de los años de experiencia como vigilante de seguridad en el metro, bautiza los tipos de víctimas de esta delincuencia: “En las zonas turísticas, los carteristas juegan al descuido, pero en las zonas de ocio se centran en lo que llamamos ‘durmientes’”. Se refiere a personas que, de vuelta a casa y después de haber estado de fiesta, se duermen en el trayecto o en los andenes y se convierten en presas fáciles para los carteristas.

Es asimismo relevante tener en cuenta la tipología de hechos contra la seguridad personal que han referido con más frecuencia los encuestados por el IERMB: prácticamente la mitad se refiere a intentos de robo y robos consumados de bolsos y carteras sin violencia, sustracciones que a menudo son sigilosas y en las que la víctima apenas se percata. 

En torno al tipo de criminalidad que se frecuenta en el metro se pronuncia también Gina Montesinos, secretaria de la Plataforma per la promoció del Transport Públic (PTP): “El metro permite más anonimato que el resto de transportes". Montesinos se refiere a que el metro "da esa facilidad para poder llevar a cabo sobre todo hurtos", sin embargo, señala, "cuando subes a un bus, tienes esa 'vigilancia informal' del conductor”.

Los "puntos calientes" de la L1

En términos de estaciones específicas que registran mayor actividad delictiva, desde el SPS Jordi Miguel sitúa tres “puntos calientes” en el recorrido de la L1, “en los que los carteristas acostumbran a actuar”.

En primer lugar, la parte central de la línea, que coincide con el centro turístico de la ciudad. Desde las estaciones de Espanya hasta la de Arc de Triomf se encuentran buena parte de los intercambiadores más importantes de toda la red: Espanya (L1, L3, FGC), Universitat (L2), Catalunya (L1, L3, FGC y RENFE), Urquinaona (L4) y Arc de Triomf (RENFE). 

Los otros dos "puntos calientes" a los que se refiere Miguel son los extremos de la línea: “No quisiera estigmatizar, pero tanto en L’Hospitalet como en Santa Coloma se recogen zonas de ocio nocturno frecuentadas por mucha gente joven, en las que se producen muchas peleas”.

Reyertas e incidentes similares para los cuales la plantilla de vigilantes denuncia no disponer de suficientes efectivos ni material, como por ejemplo esprays de defensa o cámaras unipersonales de seguridad: “Las queremos para que se graben las actuaciones y así tener protección jurídica”, zanja Miguel.

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