Semana Santa

Felipe Navarro, presidente de la Cofradía 15+1 de L’Hospitalet: “Todo lo hacemos para el barrio”

Las procesiones de la 15+1, además de ser de las más multitudinarias de Catalunya, también son singulares debido a su carácter popular y laico

Felipe Navarro, presidente de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet de Llobregat.

Felipe Navarro, presidente de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet de Llobregat. / Àngel García

Àlex Rebollo

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Ya sumergidos en plena Semana Santa los integrantes de la Cofradía 15+1 de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès) todavía trabajan a destajo para finalizar la preparación de las imágenes y los pasos que llevarán en procesión durante el viernes, el sábado y el domingo santo. “Estamos ultimando detalles hasta el último minuto. Al salir tantos pasos, tenemos que hilar muy fino”, explica el presidente de la hermandad desde 2021, Felipe Navarro.

Y es que las procesiones de la 15+1, además de ser de las más multitudinarias de Catalunya, también son las más singulares debido a su carácter popular y laico. “Todas las cofradías de España tienen los estatutos canónicos. Aquí los estatutos son civiles, son del pueblo, no de la Iglesia”, explica Navarro, quien añade que no hay rencillas entre ellos y la Iglesia, y que un cura o una monja que quieran participar en la hermandad se pueden hacer socios cuando quieran.

Eso sí, advierte el presidente de la Cofradía 15+1, que no quieran mandar en ella, porque no pertenece a la Iglesia, “es del pueblo y de los socios”. Y es que la independencia eclesiástica ha sido un signo de identidad de la 15+1 desde sus orígenes, cuando un 8 de abril de 1977 un grupo de 15 vecinos de Pubilla Cases se encontraban en el bar Kiki viendo las procesiones de Semana Santa por la televisión y decidieron improvisar con una mesa, cuatro quintos con velas dentro y una estampa pintada en un mandil con un corcho quemado.

Miembros de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet ultiman detalles de un paso días antes de la procesión.

Miembros de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet ultiman detalles de un paso días antes de la procesión. / Àngel García

“Entonces, el pueblo empezó a echarles monedas, otro empezó a cantarles una saeta, otro con una lata vieja tocaba el tambor… y ahí comenzaron estas quince personas, más el pueblo, de ahí el +1, que es el que les empezó ayudar y a creer en ellos”, relata Felipe Navarro. Entonces, nade imaginaba el éxito que se derivaría de ese acto de fe nacido de la nostalgia por su tierra de origen: Andalucía.

Preguntado por cómo explica a sus amigos no creyentes la implicación y devoción por la Semana Santa y las procesiones Navarro afirma que les dice que “deberían probar”. “Ya no es cuestión de ser muy, muy creyente, que sí que es verdad que lo que sacamos a las calles es religioso, pero al final es el roce humano que tenemos aquí durante todo el año y la comunidad”, define el cofrade.

Así, en relación a este sentimiento de comunidad y de entidad popular, Felipe Navarro explica también que “todo lo que hacemos lo hacemos para el barrio”. “Si hacemos un Belén, un pasacalle... todo lo hacemos para el barrio, para el pueblo. No hacemos aquí grandes comilonas dentro, ni nada, todo lo volcamos para el pueblo”, sostiene.

Rechazo y reconciliación de la iglesia

En esos primeros años, sigue Navarro, esos cofrades iniciales pidieron ayuda a la parroquia Nuestra señora de la luz, del barrio de La Florida, pero esta no participó de la idea. “La Iglesia no creyó en esas personas y no colaboró con ellos”, dice el presidente de la Cofradía 15+1. Pese a ello, la organización siguió realizando sus procesiones y ganando adeptos y, hoy, cuenta con alrededor de 640 socios.

Procesión de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet.

Una procesión de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet de Llobregat. /

Con todo, en 2016 y tras casi cuarenta años del desencuentro, la Iglesia se redimió y pidió disculpas a la organización por ese rechazo inicial. “Sí, hace poco estuvimos con ellos e hicimos un viacrucis, pero bueno, estamos en nuestra casa y ellos en las suya”, apunta Navarro, quien añade que “llevarse bien no cuesta nada”.

Navarro no llegó a vivir esos comienzos. Pese a ser nacido en L’Hospitalet se empezó a interesar más por las procesiones de la Cofradía 15+1 en 1993, después de casarse y mudarse a Pubilla Cases. Recuerda que primero tan solo iba a verles y que se hizo socio en el 96, tras lo que, durante años, participó como costalero. “Después me metí en el mundo del montaje y aquí lucha que lucha he acabado siendo presidente. A ver si me siguen queriendo”, bromea a sus 53 años Felipe Navarro .

Relevo asegurado

Como buena parte de los integrantes de la cofradía, Navarro tiene orígenes andaluces: sus padres emigraron de Almería en los sesenta y se instalaron en L’Hospitalet de Llobregat. Pese a ello, El cofrade insiste en remarcar el vínculo con Andalucía ha ido disipándose con el paso del tiempo. “Ha habido mucha cultura andaluza, pero la renovación es toda catalana, y que lo hacen igual o mejor. Yo soy catalán y mis hijas son catalanas. Cada vez esto es más nuestro. Esto es catalán”, sostiene Navarro.

Felipe Navarro, presidente de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet de Llobregat.

Felipe Navarro, presidente de la Cofradía 15+1 de L'Hospitalet de Llobregat. / Àngel García

De hecho, tanto su mujer como sus hijas, también nacidas en L’Hospitalet, participan también en la Cofradía. “Aquí hay muchas familias completas de padres e hijos”, destaca. De hecho, aunque la fe religiosa entre los jóvenes es cada vez menor, la Cofradía 15+1 no se muestra preocupada por la falta de relevo. A modo de ejemplo, para el cartel anunciador de este año querían hacer una foto con todos los menores de once años. Fue imposible. Había demasiados. “Nos salían más de noventa y no cabían tantos en la foto. Tuvimos que recortar hasta los menores de nueve, que son una treintena” explica Felipe Navarro.

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