GENTE DE horta-guinardó

Montserrat Mas: "A la fibromialgia la vas ganando poquito a poco"

Fundada en el 2004, Afibrocat es una entidad sin ánimo de lucro dirigida a enfermos de fibromialgia. Su presidenta, Montserrat Mas, ha aprendido a convivir con esta dolencia y quiere compartir su experiencia.

Con manualidades 8Montserrat Mas, presidenta de Afibrocat.

Con manualidades 8Montserrat Mas, presidenta de Afibrocat.

LUIS BENAVIDES
BARCELONA

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En la pequeña sede de Afibrocat (Tossa, 13), acrónimo de Associació d'Ajuda per la Fibromialgia de Catalunya, organizan talleres de risoterapia, manualidades, chi kung y ejercicios de respiración, entre otros, dirigidos a personas con esta enfermedad. Para su presidenta, Montserrat Mas (Barcelona, 1959), mantener la cabeza ocupada y relacionarse forman parte de la terapia.

- ¿Cuando descubrió que sufría la fibromialgia?

-Hace 10 años que me diagnosticaron fibromialgia, pero llevo prácticamente toda la vida con la sensación de cansancio, un estado de ánimo con altibajos y, sobre todo, unos dolores que se desplazan. Hasta que no le ponen un nombre, te hacen dudar de ti mismo. Piensas que es algo psicológico.

-Es la enfermedad invisible.

-Los doctores te ven nerviosa, te notan deprimida. Y tú solo sientes dolor. Pero claro, tanto dolor puede contigo y entonces te deprimes. Es un círculo vicioso y te acaban recetando muchas pastillas.

-¿No hay alternativas?

-Sí. Con el tiempo he aprendido muchísimo y ahora tomo muchas menos. Para empezar, debes aceptar lo que tienes. Hoy por hoy no tiene cura, pero podemos mejorar nuestra calidad de vida con ejercicios de respiración y relajación, cambiando algunos hábitos y alimentos...

-¿Algún consejo?

-Asociarse. Yo anduve muy perdida hasta que entré en la asociación. Estaba muy desesperada porque no conocía a nadie con la misma dolencia. Un día, de casualidad, me reencontré con una vieja amiga y me contó que acababan de montar una asociación con otros vecinos de Horta. Poco a poco me fui implicando y ahora llevo cinco años como presidenta.

-Se había sentido incomprendida.

-Conocer a otras personas en la misma situación ayuda mucho. Entre nosotros nos entendemos, y no te tienes que excusar si un día no puedes ir a alguna actividad porque no te puedes mover de casa.

-¿Le apoyaron en casa?

-No tengo queja. He tenido mucha suerte. Pero muchas relaciones personales se resienten con esta enfermedad. Las parejas y los hijos no te entienden o no puedes compartir muchas cosas con ellos. Y te llegas a sentir culpable, cuando en realidad tú no tienes la culpa de nada.

- Hay pocos varones...

-La fibromialgia afecta mayoritariamente a las mujeres. En la asociación tenemos algún hombre, pero ellos participan muy poco en las actividades. El hombre no quiere decir que está enfermo, porque entienden que es sinónimo de debilidad.

-¿Recomienda decirlo?

-Opino que está bien comentarlo porque si un día te coges la baja podrán entenderte. Pero eso ya depende de cada uno. Yo trabajo como administrativa en banca y no me ha supuesto ningún problema, aunque conozco personas que no lo dicen en sus trabajos por miedo al mobbing.

-He leído una carta suya que escribió a su amiga la fibromialgia.

-La escribí en el 2009 y me sirvió para expresar lo que sentía en ese momento.

-En esa carta decía que un día el odio se transformó en respeto.

-Ella y yo vamos de la mano, y estamos condenadas a entendernos. Si te pones a malas con la fibromialgia tienes las de perder.

-Suena a sumisión.

-Está claro que si te enfadas con ella es peor porque te supera. Pero con el tiempo, poquito a poco, la vas ganando. Antes ganaba más ella.