El mapa del jet privado de Taylor Swift genera debate: 286.500 kilómetros recorridos en 2023

Taylor Swift sigue batiendo récords. El más reciente no tiene relación con los 300 millones de reproducciones que su nuevo álbum, 'The tortured poets department', consiguió en apenas 24 horas en Spotify. Tampoco con que tenga una fortuna que roza los 1.000 millones de euros. Es más, la nueva marca poco y nada tiene que ver con la música: por segundo año consecutivo, la estrella del pop encabezó en 2023 el ranking de celebridades que más huella de carbono producen por vía aérea. Como una imagen vale más que mil palabras, un vídeo que muestra todos los viajes que hicieron los dos jets privados de la cantante durante el año pasado se ha hecho viral y, al mismo tiempo, ha abierto —otra vez— el debate sobre el uso que da a sus aviones a nivel medioambiental.

Los dos jets de Swift recorrieron la friolera de 286.500 kilómetros en 2023. Esa distancia equivale a dar 22,5 vueltas al mundo por el ecuador. El vídeo, realizado por Ground Control, una organización dedicada al análisis del seguimiento de aeronaves, desgrana el centenar de viajes que realizaron los aviones en menos de dos minutos: volaron por todo el mundo, sobre todo por Estados Unidos, a excepción de los polos.

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Todos los vuelos se hicieron con dos Falcon de la compañía francesa Dassault Aviation: un 7X de 2009 con código de cola N621MM y un 900 de 1994 con código N898TS, que, por cierto, no es baladí: 898 viene del año de nacimiento (1998) de la artista, y TS de su nombre y apellido.

El caso es que hablamos en pasado porque la cantante vendió uno de ellos en febrero —el N898TS que la delataba— después del seguimiento público —y continuo— que hicieron varios usuarios en las redes sociales de las aeronaves y que derivó en la posterior polémica por su uso.

Doble rasero: acciones legales y créditos de carbono

Al mismo tiempo salió a la luz que la artista había emprendido acciones legales contra Jack Sweeney, un estudiante universitario de Florida que había rastreado y compartido públicamente la ubicación del jet privado de Swift, como ya hizo en 2022 con el de Elon Musk. Según ella, hacer eso atentaba directamente contra su derecho a la intimidad y contra su seguridad personal. 

En cambio, dos años antes, un portavoz de la estrella de la música salió al paso al asegurar que "el jet de Taylor se presta regularmente a otras personas. Atribuirle la mayoría o todos estos viajes a ella es descaradamente incorrecto", informó entonces la revista 'Newsweek'.

Entonces, ¿por qué se deshizo de uno en febrero si ella no era la responsable? El medio norteamericano volvió a preguntar al entorno de la cantante sobre la venta y esta vez no obtuvo respuesta al respecto. Eso sí, explicaron que la artista había comprado el doble de créditos de carbono necesarios para compensar sus vuelos para su macro gira mundial, 'Eras Tour', que comenzó en marzo de 2023.

En 2022, el avión de la estrella de la música hizo 170 vuelos y emitió 8.293 toneladas de CO2 a la atmósfera, 1.660 veces más emisiones anuales que el promedio de un ciudadano español en 2021, lo mismo que un estadounidense promedio en 550 años y más que una persona de la india en más de 4.300 años, según un estudio, que no precisó los kilómetros recorridos. "Una cantidad bastante grande teniendo en cuenta que no estuvo de gira", señaló el informe. De ahí que los ecologistas se le tiraran a la yugular.

Menos viajes, pero ¿más kilómetros?

Aunque los viajes se redujeron a un centenar durante el año pasado, los kilómetros volados no pasan desapercibidos. Queda por ver qué cálculos respecto a emisiones de dióxido de carbono extraen los expertos de esta información, pero todo apunta a que Swift seguirá batiendo récords. Sucedería lo mismo con este año, ya que el 'Eras Tour' sigue a todo tren hasta diciembre, cuando terminará con 152 conciertos celebrados en cinco continentes.

De hecho, este año computa el vuelo contra el tiempo que hizo de Tokio a Las Vegas para llegar 'in extremis' para ver a su novio Travis Kelce ganar la Super Bowl. Quizás fuese la persona del año 2023 para la revista 'Time', pero de bien seguro que no lo fue para el medio ambiente.