Taylor Swift reaviva su guerra con Kim Kardashian: de la humillación en directo a la filtración que la "hundió psicológicamente"

La guerra entre Taylor Swift y Kim Kardashian está más viva que nunca. El enfrentamiento ha vuelto a ser de interés público después de que la cantante estadounidense hiciera unas declaraciones incendiarias en su última entrevista con la revista 'Time' -con motivo de la celebración de su nombramiento como persona del año 2023- en las que se muestra muy contundente sobre su relación con la 'influencer'.

En ese encuentro con el medio citado, la intérprete ha hablado de algunas complicaciones que se ha encontrado durante su carrera, como la pérdida de los derechos de su música y sus enfrentamientos públicos con personajes como Kanye West. De esa pelea surge su riña con la integrante del clan Kardashian, que en ese momento estaba casada con el rapero.

Humillación en directo

Para conocer la historia hay que remontarse a 2009, cuando Swift, que ese momento solamente tenía 20 años, recibió el premio a Mejor Videoclip Femenino por la canción 'Your Belong With Me'. La compositora subió al escenario para recoger el galardón y, mientras pronunciaba su discurso de aceptación, Kanye West irrumpió y humilló a la cantante en directo, asegurando que el tema de Beyoncé 'Single Ladies (Put A Ring On It')' se merecía más el premio. Aunque todos los asistentes a la gala abuchearon al productor musical, la controversia y el enfrentamiento tuvo consecuencias muy duras en la carrera de la creadora de 'Midnights'.

“Me di cuenta de que todos los sellos discográficos estaban trabajando activamente para intentar reemplazarme. En cambio, pensé que primero me reemplazaría yo a mí misma con un nuevo yo. Es más difícil acertar en un objetivo en movimiento”, ha declarado la intérprete sobre cómo vivió ese momento.

Versos despectivos

Unos años después, el rapero Ye llamó a Swift para pedirle disculpas y anunciarle que iba a nombrarla en una de sus canciones. Taylor aceptó, sin saber que los versos del tema 'Famous' de West, lanzado en 2016, se referían a ella de manera muy despectiva. “I feel like me and Taylor might still have sex. Why? I made that bitch famous” ("Siento que Taylor y yo todavía podríamos tener relaciones sexuales ¿Por qué? Hice famosa a esa perra", en español), cantaba el empresario.

Una vez conoció el contenido de la letra, la cantante quiso denunciarlo y negó estar al tanto del contenido del tema, asegurando que "Kanye nunca llamó para pedir permiso". Pero entonces se publicó un vídeo de una llamada entre ella y el rapero en la que parecía que la intérprete estaba de acuerdo con que esa frase saliera a la luz en la canción. Poco después, se descubrió que la grabación estaba completamente editada por Kim Kardashian.

En ese momento, la modelo intentó defenderse alegando que ellos nunca "habían negado que la palabra 'perra' se hubiera usado sin su permiso", ya que "la canción aún no estaba completamente escrita" en ese momento, sino que solamente estaban exponiendo que sí que se había producido una llamada entre ambos. Ahora, Taylor ha culpado directamente a la entonces esposa de Kanye West del calvario que sufrió tras ese montaje.

Consecuencias duras

“Tienes un montaje totalmente fabricado, en una llamada telefónica grabada ilegalmente, que Kim Kardashian editó y luego sacó para decir a todo el mundo que yo era una mentirosa", ha declarado en su encuentro con 'Time'. "Eso me llevó psicológicamente a un lugar en el que nunca había estado. Me mudé a un país extranjero. No salí de una casa de alquiler durante un año. Tenía miedo a las llamadas telefónicas. Alejé a la mayoría de las personas de mi vida porque ya no confiaba en nadie. Me hundí muchísimo”, ha explicado, pronunciándose por primera vez públicamente sobre el tema.

Desde entonces, los 'swifties', fieles seguidores de la artista, han comenzado a acosar a Kim a través de las redes sociales por su comportamiento. Según apunta el portal 'TMZ', Kim Kardashian nunca ha llegado a pedir disculpas a la cantante por lo que sucedió. Por su parte, la empresaria y dueña de 'Skims' se divorció en noviembre de 2022 de Kanye West después de siete años de matrimonio y cuatro hijos en común.