Exclusiva: el amor entre María Hervás y Alfred García nació en un concierto de Jordi Èvole

ALFRED GARCÍA Y MARÍA HERVÁS.

Todo lo que toca Jordi Évole se convierte en noticia. Queriéndolo y, en este caso, sin querer. El pasado 13 de noviembre el presentador iniciaba una serie de conciertos con su banda 'Los Niños Jesús'. La Sala Apolo reunía a infinidad de nostálgicos del pop-rock de los 80-90’s y entre el público se encontraban Alfred García (25) y María Hervás (35). Allí se conocieron, allí conectaron y partir de ese día empezaron a tener una relación de amigos. Se vieron también el 26 de noviembre en el Palau Sant Jordi. El ex triunfito fue uno de los invitados para cantar en el concierto de fin de gira de Sopa de Cabra. María Hervás pasó desapercibida entre el público y pudo aplaudir a su ‘amigo’ mientras éste entonaba ‘El boig de la ciutat’ junto a Gerard Quintana. 

Mamarazzis: Alfred García y María Hervás, pareja sorpresa

La actriz, por su parte invitó, al cantante a ver 'Yerma', de Federico García Lorca, obra que ella ha protagonizado en el Teatre Lliure, con un éxito aplastante. Todo iba tan bien que decidieron acabar juntos el 2022 en las islas Canarias. Hotel de lujo, buen clima, solecito y buena compañía ¿qué más se puede pedir para acabar bien el año? Sus amigos, su gente más cercana, explican que no se esconden. Se comportan con total naturalidad y no faltan entre ellos los gestos de complicidad, los besos y las caricias. Atención paparazzis que esta semana coinciden los dos en Madrid. Alfred desfiló el jueves en la Mercedes Benz Fashion Week y María se encuentra también en la capital. ¿Será el miércoles en las revistas cuando veremos la primera imagen de la parejita? ¡Ay, ojalá!

BARBARA REY.

Si todo lo que toca Évole es éxito, ya no hablemos de Risto Mejide. Su última entrevista a Bárbara Rey reventó los audímetros y anotó máximo de la temporada para su programa ‘Viajando con Chester’ (Cuatro). Parecía que ya lo sabíamos todo del rollete de Bárbara y el emérito. Y no. Descubrimos que no los presento Adolfo Suárez, que ella ha estado en más de una ocasión en Zarzuela y que allí conoció al entonces príncipe Felipe. Y también descubrimos que el inicio de esa relación fue el claro ejemplo de lo que es el acoso disfrazado de romanticismo. La insistencia sin admitir las negativas no es ‘currarse’ una relación. No tiene nada de romántico. El Rey consideró que sus propios deseos estaban por encima de lo que quería Bárbara. Y siguió insistiendo. Y provocó el miedo en la vedette. Sentir miedo si dices que no a un Rey y sentir miedo por decir ‘sí’ a un Rey no es romántico, es casi de peli de terror. Que no nos vendan más motos. Lo contaba muy bien Samantha Hudson hace unos días y lo explican hace tiempo las feministas, nada tiene que ver el consentimiento con el deseo. Que acabe el acoso ya y que prime el deseo siempre.

TAMARA FALCÓ E ÍÑIGO ONIEVA

Ya lo avanzamos la Mamarazzis, 'Tamara Falcó va a hablar el 16 de febrero'. Lo dijimos y tal cual. El jueves debutó como diseñadora para Pedro del Hierro y apareció en el 'photocall' del bracito de su novio, Íñigo Onieva. Los dos han cobrado, y mucho, por esta primera aparición en público. No se les veía de la mano desde que se descubrió la infidelidad del chico. La filtración del famoso vídeo de Íñigo en la 'Burning Man' y su reacción con la frase de ‘que quieran sacar eso el día de nuestro anuncio de engagement, es una lástima’ es ya historia de España. Pués ese engagement se rompió y tuvo que mediar Dios y a Virgen para que se reconstruyera. Una vez solucionados los problemas amorosos, queda el objetivo de seguir facturando. No habrá segunda temporada de ‘La Marquesa’ en Netflix, pero que nadie sufra. Esta pareja va a recaudar todo lo que deje de ganar. Fuentes cercanas a la marca nos confirman a las Mamarazzis que Tamara, ella solita, cobró más de 40.000 euros por la jornada. Muy lejos quedó el caché de él, aunque se llevó un buen pico. El 'docureality' no lo veremos en Netflix pero sí que su vida la veremos a base de photocalls y exclusivas en las revistas. Preysler style vaya.