Guillermo y Enrique, a la greña días antes del homenaje a su madre

El próximo jueves, 1 de julio, día en el que Diana de Gales hubiese cumplido 60 años, se inaugurará una estatua en su honor en los jardines del palacio de Kensington, donde vivió hasta su fallecimiento, que se produjo a causa de un accidente de tráfico sufrido en París el 31 de agosto de 1997.

Se trata de un homenaje muy especial que contará con la presencia de sus dos hijos, el duque de Cambridge y el duque de Sussex, que significará el reencuentro público de los hermanos tras el funeral en memoria de su abuelo, Felipe de Edimburgo, el pasado abril.

Este acto para conmemorar a su madre parecía ser la ocasión idónea para que se produjera un acercamiento entre ambos, pero parece que no va a ser así. Según ha asegurado el periodista Robert Lacey, autor de 'Battle Of Brothers' ('La batalla de los hermanos'), al diario británico 'Daily Mail', la relación entre ambos no solo no mejoró al reencontrarse un año después en el funeral del duque de Edimburgo, sino que acabaron discutiendo con la “misma fiereza de siempre”, y ha añadido: “La rabia y la ira entre los dos se ha vuelto increíblemente profunda. Se han dicho demasiadas cosas duras e hirientes”, le contó a Lacey una fuente.

Aunque los dos hermanos charlaron de forma breve fuera de la capilla de San Jorge, en Windsor, comenzaron a discutir “pocos minutos después de entrar en el interior del castillo quedando fuera del alcance de las cámaras”. Según el autor, no se produjo la conversación de dos horas entre los hermanos y su padre, el príncipe Carlos, y “no hubo reconciliación, ni reunión fraternal ni mini cumbre”. Y añadió: “El conflicto entre los dos hijos de Diana profundamente divididos no parece que vaya a terminar pronto”.

Aquel día, Guillermo y Enrique no caminaron detrás del ataúd de su abuelo, sino que lo hicieron con su primo Peter Phillips, el hijo de Ana de Inglaterra, en medio. Luego en la capilla se sentaron uno enfrente del otro; Guillermo acompañado por Catalina Middleton y, Enrique asistió solo, ya que Meghan Markle no viajó a Londres al encontrarse a pocas semanas de dar a luz.

En esta ocasión, todo apunta a que volverán a verse a solas. De hecho, Enrique ya se encuentra en Reino Unido para asistir al homenaje a su madre, pero la duquesa de Sussex no ha volado junto a su marido y permanece en California con los dos hijos del matrimonio, Archie y la pequeña Lilibet Diana, que todavía ha sido presentada a la familia real.

La mala relación entre los nietos de la reina Isabel II comenzó cuando varios empleados del palacio de Kensington, donde residían entonces los duques de Sussex, se quejaron oficialmente de que sufrían un presunto acoso laboral por parte de Markle, según declaró recientemente Lacey a 'The Times'. La tensión entre ambos se incrementó cuando cuando Guillermo llamó por teléfono a Enrique para pedirle explicaciones sobre las denuncias contra Meghan Markle que había recibido. Enrique estalló en defensa de su mujer, y terminó colgándole el teléfono a su hermano mayor.

Por ello, hay una gran expectación por ver cómo se comportan los hermanos en el emotivo homenaje que recibirá su madre el próximo jueves. Un acto al que no asistirán ni Meghan Markle, que dio a luz a su segunda hija hace poco más de 3 semanas, ni lo haga probablemente Catalina Middleton, por la reducción de asistentes a causa de las restricciones del covid. 

 Sin embargo, está previsto que asista la familia de Diana de Gales como su hermano, Charles Spencer, y algunos amigos íntimos de la desaparecida princesa, como Elton John y su marido, David Furnish, encargados, entre otros, de financiar de forma privada la creación de la estatua con la que, a partir de ahora se le rendirá homenaje a Lady Di en los jardines del Palacio de Kensington.