LA ALFOMBRA ROJA

Globos de Oro con color y brazaletes 'Time's up'

INÉS ÁLVAREZ

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Ha vuelto el color a los Globos de Oro, después de que en la edición del 2018, tras explotar el escándalo del acoso en Hollywood, muchas actrices adoptaran el negro en sus vestimentas. Aunque la reivindicación no se olvida. En esta edición, muchas lucían en sus muñecas, o atado a la tira del bolso, un brazalete o un lazo, negro o blanco, con la leyenda: "Time's up x2". Pero los modelazos que lucían nominadas e invitadas mostraban que se había levantando el luto. 

Comenzando por la siempre sorprendente Lady Gaga, que con su voluminoso vestido azul lavanda de Valentino, y su cabello con mechones azules a juego, hacía un homenaje muy a su manera a la actriz Judit Garland, que había lucido uno parecido a la versión de 1954 del filme que protagoniza ahora ella: Ha nacido una estrella. Aunque lo más espectacular era su collar de platino Tiffany Aurora,compuesto por más de 300 diamantes en talla brillante y otro central con forma de pera de 20 quilates, creado especialmente para ella por Tiffany&Co y valorado en más de 4,3 millones de euros. Lo completaba con pendientes de diamantes (de unos 100.00 euros) y tres brazaletes.

El pantalón de Roberts

Otra estrella que reeditaba un hito (el que marcó cuando en 1990 lució un anchísimo traje pantalón) era Julia Roberts, con un vestido con pantalón de Stella McCartney, que demostraba que se puede ir elegante sin ir con faldas. Penélope Cruz de nuevo no decepcionó con su elección: un vestido negro metalizado, de línea trapecio y corte años 50, de Ralph&Ruso. Curiosamente, no había escogido Chanel, marca de la que es embajadora, ni Versace, para hacerle un homenaje a Donatella, a quien había dado vida en la serie por la que estaba nominada.

Quien no lo estaba, pero brillaba con luz propia (y no solo porque lucía un vestido dorado de Atelier Versace), era Irina Shayk, que acudió por primera vez junto con su pareja, el nominado Bradley Cooper, que iba de blanco total. También brilló con su vestido compuesto de brocados, bordados en croché y encaje en tonos metalizados Emily Blunt. A la nueva Mary Poppins la vestía Alexander McQueen. Asimismo, Heidi Lkum se presentó a la gala como un hada nocturna, con un bonito vestido negro con flores bordadas de Monique Lhuillier.

El más original

La explosión de color vino, en cambio, de la mano de Catherine Zeta-Jones, con sun vestido verde de Elie Saab y Lupita Nyong'o, con uno realizado en vivo azul klein, con kilos de pedrería, creación de Calvin Klein. No obstante, el premio a la originalidad se lo llevaba Janelle Monáe, con un vestido a capas de Chanel, con casquete dorado incluido, que le daba un aire de Nefertiti galáctica.

Las maduritas también supieron estar elegantes sin grandes estravagancias. Glenn Close, flamante ganadora por <em>The wife</em>,  (aunque ella llevaba el negro muy adentro, como demostró en su reivindicato discurso), una creación de Armani Privé, y Jamie Lee Curtis, con un estilo muy opuesto, optó por un ajustado vestido blanco con hombreras y una gran abertura en la falda, diseñado por Alexander McQueen.

Entre los hombres,a cuyo modelito no se le presta tanta atención, merecen mención especial el citado traje blanco inmaculado de Bradley Cooper, la chaqueta con estampado de florecitas en blanco y negro de Darren Criss y el chaleco a modo de arnés de Vigil Abloh para Louis Vuitton que lució Timothée Chamalet.