FINAL FELIZ EN SANT BOI

Volver a la vida al son de Carlos Baute

Una mujer de Sant Boi que se apoyó en las canciones del venezolano en la recuperación de un aneurisma cumple el sueño de conocerlo

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Eloy Carrasco

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Todo se torció en el día más feliz. Laura Mangas, recién casada con Pablo Gallardo, bailaba con su pequeña nieta y repentinamente sintió un dolor agudísimo en la cabeza, como un golpe asestado por un garrote invisible. La boda, el pasado 9 de septiembre, no terminó de la mejor manera pero la pareja, ambos de 48 años, siguió sus planes. Intentaron no dar mayor importancia a las molestias que sentía Laura y se fueron de luna de miel. Tras unos días en Lloret, el malestar no desaparecía y las pruebas médicas se hicieron inevitables. No salió nada. Sin embargo, un mes más tarde, el 8 de octubre, aquel garrotazo se convirtió en algo peor. Un aneurisma estuvo a punto de llevarse por delante a esta mujer de Sant Boi de Llobregat, joven abuela y devota de la música. Hoy puede contarlo. Se recupera poco a poco, aún tropieza con las palabras, pero es una fuente de gratitud y recuerda con emoción un momento culminante ocurrido hace tres semanas: el día en que pudo estrechar las manos de Carlos Baute, abrazarlo, y que el cantante venezolano le susurrara al oído una estrofa de aquella canción que la acompañó a diario en su convalecencia, 'Quién te quiere como yo'.

Tras una operación para desbloquear el aneurisma y neutralizar otro que había incipiente, Laura pasó 15 días en la UVI del hospital de Can Ruti, consciente de todo pero sin poder moverse, ni hablar. Reconocía a todo el mundo y padecía por su familia, por su Pablo, por sus hijos y por sus siete hermanos. "Los que sufren son los que están a tu alrededor", dice como si lo suyo hubiera sido un simple catarro. Su marido le ponía canciones constantemente y nunca faltaba la de Baute, como una banda sonora de la rehabilitación.

Meses después, cuando ya había dejado el hospital, supo en la cafetería de su amigo Pedro que Baute iba a actuar en la Festa Major de Sant Boi, y ya entonces le rondó la idea de intentar un encuentro para agradecerle su compañía musical, tan terapéutica. Unos días antes del concierto, Laura y Pablo se plantaron en el ayuntamiento santboiano. "Pensábamos que no nos iban a hacer caso", dice él. Pero la historia de Laura cuajó, congenió con la sensibilidad de los funcionarios y logró cruzar todas las puertas de la burocracia: los responsables municipales se comprometieron a explicársela a la estrella venezolana, a ver qué pasaba. Llegó el momento y, sí, Carlos Baute escuchó con atención; le conmovió el relato de aquella mujer que se había agarrado a sus canciones para no caerse de la vida, y quiso conocerla.

Una conexión especial

"Yo quería darle las gracias y pedirle que me cantara al oído un poquito", cuenta Laura. Estaba nerviosa, "pero no con los nervios de una fan, no es eso", esperando junto a su marido en el 'backstage', hasta que apareció el cantante de Caracas, cordial, con su interminable sonrisa y juvenil apostura, a sus 44 años. "Me dio un beso en la frente, estuvo muy cariñoso y protector, hubo una conexión. Me dijo 'qué guapa eres y qué guapa estás', de una manera muy cercana, como si fuera alguien de la familia". Y, sí, le cantó al oído una de esas frases de la canción que ha sido como un himno para ella ("¿quién te quiere y te cuida / como yo? / ¿quién te alegra los días / como yo?").

"Me gusta el contacto con la gente", cuenta Laura. Quiere volver a bailar, a la danza con caballos, y aprovechar su experiencia para "transmitir a las familias que se puede salir de esto, que es algo que le puede pasar a cualquiera, por joven que sea".