Ze García las lleva al altar

Dulceida, Laura Escanes y otras 'influencers' participan en su desfile 'Millenial Couture'

GENTE 080 ZE GARCIA

GENTE 080 ZE GARCIA / periodico

LUIS MIGUEL MARCO

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Hizo el vestido de boda de Dulceida y su mujer Alba Paul y ha sabido sacarle  partido al asunto nupcial. El diseñador José María García nos llevó ayer noche a otro bodorrio en la apertura de los desfiles de la pasarela 080. Aunque el suyo fue más bien un dos por uno. De un lado vistió de blanco y glitter plateado a lo más granado del panorama influencer patrio. Y de otro, con la ayuda de ocho modelos profesionales, mostró otra línea. Todo bajo el paraguas del título Millenial Couture. 

Ni que decir tiene que con el tirón que tiene Ze en las redes sociales y semenjante 'casting' de 'it girls' compartiendo tules y raso hubo lleno en el Sant Pau Reciente Modernista, con muchas jovencitas y hasta alguna madres con hija. Claro que también estaban Risto Mejide, marido de Laura Escanes, y Jaume Collboni.

Abrió el desfile una modelo profesional como Joana Sanz, la mujer de Dani Alves, con un vestido sin mangas que era una gasa con mucho vuelo y con la estampación impresionista de los colores de Gustav Klint. Esos mismos tonos y los dorados, azules y naranjas se veían después en otra serie de conjuntos y vestidos muy femeninos y favorecedores, que defendieron otras profesionales como Rocío Crusset y Marina Pérez. 

 Pero el público estaba allí para ver a sus ídolos de la era Instagram. Y la segunda en aparecer en la alfombra negra, con humo bajo sus pies, fue Aida Domènech, Dulceida, como para volver a casarse. E intercaladas con las profesionales, fueron saliendo como camino del altar Marta Riumbau, Marta Lozano, Michelle Salas,  Inés Arroyo, Patry Jordán, Madame de Rosa, Carla Hinojosa, Georgina Vives. Nina Urgell –con un vestido semitransparente–, Laura Escanes –romántica, con una larga cola de tul– y la más princesa de cuento, Jessica Goicoechea, que apareció mientras sonaba un tema de Anthony and the Johnsons con un vestido con mucho volumen y mucho brillo paso a paso y con el velo puesto.

Más allá de las perchas se aprecia en todos los conjuntos ese corte clásico y esa inspiración en los los salones de alta costura, también el gusto por la elección de tejidos brillantes y vaporoso como la gasa, la organza, el tafetán o la seda salvaje. Los vestidos son bellos y la silueta femenina queda favorecida, pero la iniciativa de sacar a las amigas a desfilar, más allá de una jugada mediática, no acabó de casar bien.