POCOS CONCIERTOS A LA VISTA

El agosto ruinoso de Isabel Pantoja

La tonadillera ha salido de 'Cantora' para pasar unos días con su nuera en Ibiza

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Julia Camacho / Sevilla

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Verano atípico para Isabel Pantoja. La tonadillera ha salido de 'Cantora' para pasar unos días en Ibiza con su nuera, Irene Rosales, la mujer de su hijo Kiko Rivera, que está en el tercer mes de su segundo embarazo. Isabel ejerce así estos días de abuela de su nieta Ana, que tiene año y medio.

Desde su última actuación el 7 de julio en Murcia no se había visto a Isabel Pantoja salir de su finca, donde parece haberse recluido y donde pasó rodeada de los suyos su 61 cumpleaños, el pasado 2 de agosto.

"Ahora no me queda otra que salir adelante y trabajar por mí y por los míos", aseguró la cantante en una complaciente entrevista con Pablo Motos en 'El Hormiguero' en la que no se mencionó en ningún momento el paso por la cárcel de la rea más popular de España para saldar sus problemas con la justicia.

Pero trabajar, lo que se dice trabajar, tampoco está siendo tanto. Eso de salir a cantar acompañada de toda una orquesta sinfónica es algo que pocos pueden contratar y eso que ha reducido el caché. De momento tampoco hemos visto exclusivas a golpe de talonario.

Para añadir más morbo a su estío, la demolición hace unos días de 'Mi gitana', el nido de amor que tuvo junto al exalcalde marbellí Julián Miñoz ha venido a simbolizar el adiós al periodo más amargo de la tonadillera.

De hecho en Marbella nadie echaba ya en falta 'Mi gitana', el lujoso chalé a unos metros de Puerto Banús donde Isabel Pantoja y Julián Muñoz fraguaron su amor y sellaron el pasaporte para la cárcel.

La finca, demolida por el nuevo propietario, fue la vía escogida por el exalcalde de Marbella para blanquear parte de los beneficios ilícitos obtenidos a su paso por el Ayuntamiento merced a una política urbanística gestionada a golpe de mordida.

Tras expiar su culpa durante 16 meses en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira, la tonadillera ha intentado rearmar su vida laboral con nuevo disco y la espera de nuevas fechas para una gira que le ayude a recuperar una maltrecha economía tras hacer frente a sus deudas con Hacienda.

'Cantora', su única posesión

Pero la cantante apenas tiene la agenda ocupada. Pese a que supuestamente está presentando 'Hasta que se apague el sol', el disco con las canciones que le hizo el desaparecido compositor mexicano Juan Gabriel, solo tiene previstos tres conciertos, y los tres en otoño: 13 de octubre en Miami, 15 de octubre en San Juan de Puerto Rico y 28 de octubre en Bilbao. Y qué curioso, en las radios apenas suena su música.

Muy atrás en el recuerdo queda ya el bullicio y la nube de periodistas que la acompañaban hace justo 14 años, cuando Pantoja oficializó su relación con Julian Muñoz y se instaló con él en 'Mi gitana'.

La vivienda, propiedad de un constructor implicado en la llamada 'operación Malaya, se compró por 3,3 millones mediante un préstamo con garantía hipotecaría solicitado por una de las sociedades de la cantante. Sin embargo, las cuotas dejaron de pagarse en el mismo momento en que Muñoz fue detenido. La sentencia judicial del caso Pantoja darían por válido que la cantante sabía que su novio manejaba dinero de sus delitos y le ayudó a ocultar y blanquear hasta 52.000 euros mediante la adquisición de inmuebles e inversiones empresariales.

Aquellos meses fueron moviditos. Maite Zaldívar, todavía esposa de Muñoz, despotricaba contra ellos en las televisiones, sacando a relucir las famosas "bolsas de basura con dinero", y una moción de censura desbancó al político de la alcaldía.

La pareja enjugó sus penas en la mansión, donde Pantoja llegó a montar hasta un estudio de grabación para no alejarse de su amado. En la casa vivirían los mejores momentos de su historia sentimental, pero también los peores, dado que fue el escenario donde ambos fueron arrestados en el marco de la 'operación Malaya' contra la corrupción municipal y urbanística. Muñoz en el 2006, y Pantoja un año después, en el 2007, cuando su relación hacía aguas. También el romance de Isabel con Marbella.

La cantante se refugió entonces en Madrid, rompió con el exalcalde e incluso le exigió que abandonara 'Mi gitana'. Después llegaría el juicio televisado casi a diario, las declaraciones a la entrada del juzgado, las imágenes sentados en una fila y sin mirarse, los gestos de desaprobación, las lágrimas, la condena a dos años de cárcel y la multa de 1,147 millones de euros, que se sumarían al embargo de 1,8 millones dictado por Hacienda.

Ambas deudas quedaron saldadas, y tras el paso por la prisión, la cantante apenas se ha dejado ver más allá de aquella entrevista fácil en televisión y algunos conciertos a un lado y otro del charco, dejando todo el protagonismo mediático a sus vástagos.

Marbella también ha pasado ya la página de la corrupción, aunque según una plataforma ciudadana llamada Marbella Se Queja en la que los vecinos de la capital de la Costa del Sol muestran sus quejas y denuncias de la ciudad, cada vez es mayor el malestar de los marbellíes por la vida que lleva un exalcalde como Julián Muñoz,  de 68 años, que asoló las cuentas del consistorio. Ya no parece que esté "en estado terminal". 

"En Marbella la gente está muy quemada con que haya engañado a la Justicia y esté fuera dándose la gran vida y con una imagen más lozana que nunca. Son muchos los que nos escriben para decir que su salida de prisión le ha provocado tan buena recuperación que no se creen la enfermedad, que ha tomado el pelo a la justicia".

Sea como fuere, la finca donde vivió su amor y desamor Pantoja, reducida ya a escombros, se convertirá en breve en dos lujosas viviendas de lujo. La reconstrucción vital de la tonadillera parece sin embargo que irá más lenta.