ROMANCE EN LA TRAGEDIA

Meritxell Martorell, de '21 días', vivió un amor con un refugiado en Grecia

La reportera del programa de Cuatro se trajo a Barcelona al joven periodista de forma ilegal, lo que le llevó a la cárcel

television programa 21 dias Meritxell Martorell 20161123

television programa 21 dias Meritxell Martorell 20161123 / El Periodico

INÉS ÁLVAREZ / BARCELONA

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“Como no es lo mismo contarlo que vivirlo, pasaré 21 días…” Así comienza cada entrega del programa de Cuatro en el que la reportera (primero fue Samanta Villar, luego Adela Úcar y ahora Meritxell Martorell) se sumerge en una experiencia durante tres semanas para narrar en primera persona la realidad que quiere contar. Es el periodismo llevado al máximo. Y en el caso de Meritxell Martorell, su viaje a Lesbos para convivir con los refugiados le llevó a vivir el pasado mes de febrero una historia de amor, tan difícil como apasionante, con un atractivo periodista iraní en Grecia.

En la entrevista que publicó en abril EL PERIÓDICO, la reportera declaraba: "Con el '21 días' de los refugiados me harté de llorar', pero, aunque explicaba cómo había vivido la experiencia, y algunos de los episodios más duros, no hablaba de nadie en concreto. Pero necesistaba contarlo, y así lo hizo en el portal Vice, en un extenso relato escrito por ella, que titula ‘Me enamoré de un refugiado y terminó en la cárcel’.  

EL ATRACTIVO HARUD

Tras pasar una dura semana recibiendo y atendiendo refugiados en Lesbos, Martorell llegó en un ferry a Idomeni, pueblo fronterizo con Macedonia. Y allí, en medio de la nada, encontró el amor. En la persona de Harud, un periodista, activista y defensor de los Derechos Humanos, de 30 años “alto a la par que éxotico y atractivo”, que había confundido con el miembro de una oenegé. “Soy refugiado”, le dijo. Y el café diario y el bollo, y las largas conversaciones con Harud, hicieron soportable vivir tanta tragedia.

Hasta que terminó el reportaje y debió volver. Pero no perdió contacto con el refugiado, con el que se comunicaba cada noche a través videoconferencia. Y cuando supo que había llegado a Hannover (Alemania), no dudó en volar hasta allí. “Recorrimos la fría ciudad alemana y vivimos nuestra historia de amor intensamente”, detalla la periodista. Y entonces decidió cometer una locura: alquilar un coche y plantarse en Barcelona, en casa de su familia, con él. “Les confieso que su hija, enamorada, acaba de cruzar la frontera con un refugiado sin papeles”, escribe.

VUELTA A ALEMANIA

Y ya en Madrid, donde debía grabar otro programa, los intentos, infructuosos, de legalizar la situación de Harud les hicieron ver que no estaban enamorados, sino que lo suyo era un conjunto de sentimientos románticos muy fuertes propiciados por la situación. Harud decidió volver a Alemania, pero fue detenido en la frontera de España con Francia. “No sé nada de él durante los sieguientes 21 días”, relata la reportera. Eso sí que fueron 21 angustiosos días. Y no estaban en el guion de ningún programa.

La joven periodista comprendió entonces que su inexperiencia e impulsividad había provocado la difícil situación en la que se encontraba atrapado su más que amigo. “Ahora comprendo por qué muchas organizaciones obligan a sus cooperantes a estar un máximo de 15 días en el campo de trabajo”, reflexiona. Pasadas unos días recibió llamada de Harud, que le informaba de que había sido liberado. Finalmente las autoridades francesas habían decidido estudiar su caso. “No hay mal que por bien no venga. Si no nos hubiéramos conocido, nunca hubiera terminado en Francia", asegura, aliviada, la periodista de Cuatro.

La historia ha tenido un final feliz para ambos: el joven periodista trabaja en Lyón, en una organización que lucha por los Derechos Humanos, y la reportera de Cuatro ha hallado la paz consigo misma. Sin embargo, a diferencia de muchos dramas románticos, no ha tenido un 'happy end' para su relación de pareja. “La línea que separa los sentimientos de la solidaridad es muy delgada”, concluye Martorell en su sincero relato.