adiós a un carismático malvado de cine

El actor de los dientes de acero

Fallece Richard Kiel, el popular villano Tiburón, antagonista de James Bond

Richard Kiel y Barbara Bach, en una imagen promocional de la película 'La espía que me amó'

Richard Kiel y Barbara Bach, en una imagen promocional de la película 'La espía que me amó'

QUIM CASAS / BARCELONA

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Para toda una generación de espectadores lúdicos, el actor Richard Kiel era una institución. Desde luego no destacó por sus virtudes interpretativas, ni por una filmografía de las que dejan huella. Lo que le definía era su físico de 2,17 metros de altura y primitivas facciones producto de la enfermedad conocida como acromegalia, producida por una secreción exagerada de la hormona del crecimiento. Pero supo ser a mediados de los 70 uno de los mejores antagonistas de James Bond, cuando lo interpretaba Roger Moore, en La espía que me amó Moonraker.

¿Quién no recuerda a Kiel, alto, fuerte y desgarbado, incapaz de pronunciar dos frases seguidas con sentido, frágil para Bond pero temible para cualquier otro rival, caracterizado por su grotesca dentadura de acero? Hasta entonces, las películas del agente 007 se caracterizaba por el actor que las protagonizaba (Sean Connery Roger Moore), las chicas Bond (Ursula Andress Barbara Bach) y los villanos (Donald Pleasence Christopher Lee). A partir de 1977, con su refrescante aparición en La espía que me amó, el forzudo sicario con dentadura metálica encarnado por Kiel se convertiría en un entrañable reclamo de la serie, tan esperado como los coches y gadgets del protagonista. Por ello en Moonraker ya resultó un personaje mucho más simpático, básico pese a su brevedad en la trama.

Kiel falleció el pasado martes en un hospital de Fresno (EEUU), a consecuencia de las complicaciones derivadas de una caída del caballo. Tenía 74 años y llevaba tiempo fuera de las pantallas. Siempre será recordado como Tiburón, el nombre que recibió su personaje de los filmes Bond en España, aunque en realidad se llamaba Jaws. Ocurrió lo mismo que con la célebre película de Steven Spielberg, cuyo título original Jaws (fauces) se convirtió en Tiburón. El nombre de Jaws era sin duda un homenaje a aquella película con escualo asesino de dentadura más mortífera.

Antes de darse tortazos con James Bond, Kiel trabajó en series de televisión y unas cuantas películas insulsas de acción, destacando, por vintage, su cometido como alienígena de considerable cabezón en un episodio de La dimensió desconeguda. Después, Kiel solo pudo interpretar personajes relacionados con la serie Bond, como la producción hongkonesa 007, nuestro hombre de Bond Street, o acordes con su físico, caso de El humanoide. Uno de sus últimos grandes momentos se lo proporcionó Clint Eastwood en El jinete pálido, en la que el propio Eastwood le sometía a un severo correctivo. Con Kiel, más valía maña que fuerza.