entrevista CON KATE WINSLET

Kate Winslet: «Tengo mucho instinto de supervivencia»

La actriz debuta en la tele con 'Mildred Pierce'

La oscarizada actriz británica, en la presentación de la serie 'Mildred Pierce' en Venecia.

La oscarizada actriz británica, en la presentación de la serie 'Mildred Pierce' en Venecia.

NANDO SALVÁ
VENECIA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En la teleserieMildred Pierce, que desde la semana pasada se emite en España y que se perfila hoy como una de las favoritas para los Emmy, Kate Winslet da vida a una mujer extraordinariamente independiente durante la Gran Depresión.

-¿Qué relevancia tiene hoy un personaje como Mildred Pierce?

-Mildred se esfuerza por parecer fuerte. Le pasa como a muchas madres de hoy: dado el estado de la economía y su situación doméstica, tiene que hacer saber a sus hijas que pueden depender absolutamente de ella. No creo que ni ella misma se dé cuenta de lo vulnerable que es, y a pesar de ello se las arregla muy bien sola, al menos durante un tiempo. Espero que las mujeres sean capaces de identificarse con su experiencia.

-¿Y qué tiene usted en común?

-Como ella, tengo mucho instinto de supervivencia. Yo provengo de una familia de actores proletarios un poco lunáticos. No tenían dinero, así que crecí con muy pocos medios. Como Mildred, sé lo que es trabajar duro para lograr algo por ti mismo. Tienes que pisar fuerte.

-Como madre, ¿qué opina de la difícil relación de Mildred con su hija Veda?

-Mildred ama y adora a Veda con una intensidad casi obsesiva. Pero ese amor la está asfixiando, porque Veda representa todas las cosas a las que Mildred jamás podrá acceder. Los sueños de Mildred son solo sueños, mientras que Veda tiene el talento y la habilidad para hacer que esas cosas se hagan realidad. Por eso su amor la está asfixiando, algo se va muriendo poco a poco en su interior cada vez que ve lo brillante y maravillosa y rica que es su hija. La necesidad de aprobación que Mildred tiene es algo que todas las madres sentimos por nuestros hijos.

SEnDMildred Pierce es su primer trabajo en televisión. ¿Por qué ha tardado tanto?

-Tardó en llegar el papel adecuado. Y reconozco que no estaba preparada para toda la presión y el compromiso que la televisión exige, porque el tiempo y los presupuestos son muy menores. En comparación, el cine son casi unas vacaciones. La gente dice queMildred Piercees una miniserie, pero no hay nada mini en ella. Rodarla fue como hacer dos películas y media en 16 semanas, mucho más duro que cualquier película en la que he participado desdeTitanic.

-¿Cuál fue la mayor dificultad de rodarla?

-Pasé semanas literalmente cortando 20 pollos al día. No me quedó otro remedio, porque se supone que es algo que Mildred ha hecho durante años, así que debía ser capaz de hacerlo con los ojos cerrados. El congelador de casa se me llenó de pollo. Mis hijos estaban hartos de comerlo.

-¿Y qué hay de aparecer desnuda en pantalla? ¿Le resulta tan difícil como antes?

-A medida que te haces mayor, y sobre todo después de haber tenido hijos, muchas de tus inhibiciones desaparecen. Cualquier mujer que dé a luz afronta situaciones que te hacen perder los reparos y complejos. Sigue siendo difícil, pero en lugar de hacer de ello una montaña trato de recordar que no soy yo quien se quita la ropa, es el personaje.

-¿Le cuesta verse en pantalla?

-No suelo ver las películas que he hecho, pero el día del estreno de la serie en Estados Unidos, a las nueve de la noche, metí a mis niños en la cama y pensé, ¿por qué no? Fue una sensación muy rara, no me gustó nada. En varios momentos tuve que taparme los ojos con la almohada.

-¿Es cierto que su compañero de reparto en Mildred Pierce, Guy Pearce, fue su ídolo de juventud?

-Cuando era adolescente suspiraba por dos actores, Patrick Swayze y Guy Pearce. Estaba tan enamorada de Mike, deNeighbours[el personaje que Pearce interpretó a finales de los 80] que solía fingir enfermedades para no ir al colegio y ver la serie. Cuando le conocí en los ensayos le confesé, muerta de vergüenza, que de niña estaba convencida que Mike vendría un día a buscarme en un caballo blanco. Se rió muchísimo.