INVERSIÓN DE 28 MILLONES DE EUROS

La vida de 4 aprendices de El Bulli podría convertirse en una película de Hollywood

El filme se inspiraría en las historias que cuenta la corresponsal de la revista 'Time' en España

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La vida de cuatro aprendices deEl Bulli podría convertirse en una superproducción deHollywood, según ha anunciado el cocineroFerran Adrià en la presentación del libroLos aprendices de hechicero, deLisa Abend, en algunas de cuyas historias se basaría el filme. Adrià ha explicado que tiene pendiente la firma del contrato, que se trata de "una inversión de 40 millones de dólares" (algo más de 28 millones de euros) y ha revelado que la película se inspiraría en las historias que cuenta Abend, corresponsal de la revistaTimeen España.

Si se hace la película finalmente, se filmaría en El Bulli abierto, en el que se servirían comidas y se mezclarían losactoresconcocineros reales, ha comentado Adrià, quien no saldría en el filme sino que su papel lo haría un actor. La película transmitirá, según ha dicho el chef barcelonés, el espíritu de El Bulli, que consiste en "compartir, asumir riesgos y la pasión".

Detrás del proyecto se encuentra el productor Jeff Kleeman y el guionista David Wilson, quienes visitarán el restaurante entre el 1 y el 8 junio. Para Adrià, "sus referentes en cine sobre la cocina sonRatatouille yEl festín de Babette El festín de Babettey el enfoque que se le daría a la película sería similar al que ofreceLa red socialsobre el nacimiento de Facebook".

Tres días acampado

Como corresponsal de la revistaTimeen España, Abend decidió en el 2009 hacer un reportaje sobre el mejor restaurante del mundo y allí conoció por primera vez a Adrià y su entorno, por el que cada año pasan "32-35 jóvenes cocineros procedentes de cualquier punto de la tierra que permanecen allí una buena parte de la temporada comoaprendices", ha dicho. En aquel año, Abend pudo ver a aprendices de 15 países tan diferentes como Japón, Corea del Sur, Venezuela, EEUU, India o Chile, y no es casual que no hubiera ninguno deFrancia, anota.

Casi todos esos becarios llegan con experiencia, tras trabajar en un pequeño restaurante o un hotel, tienen mayoritariamente menos de 30 años y hay más hombres que mujeres. EnLos aprendices de hechicero(Planeta), Abend narra historias personales de esos jóvenes, alguna historia de amor, pero "sin duda la historia más impresionante fue protagonizada por el surcoreano MyungsunLukeJang, que llegó a mitad de temporada y permaneció acampado tres días a la puerta hasta que recibió su oportunidad.

A primera vista, el premio de ser aprendiz no es muy bueno, como recuerda Abend, pues "tendrán que trabajar de 12 a 14 horas diarias durante seis meses, no cobran y solo reciben a cambio una cama en un piso que no es de lujo y una comida al día". Según la periodista estadounidense, "piensan que han llegado al país de las maravillas, les impresionan los productos, la organización; pero con los días comienzan a decepcionarse".

Duras pruebas

Adrià les propone cada año duras pruebas como "limpiar las piedras del aparcamiento, extraer piñones de las piñas en cantidades suficientes como para servir en la cena rissottos en los que los granos de arroz son sustituidos por los piñones o sacar el germen del interior de los granos de maíz". El cocinero defiende estafilosofía del esfuerzo: "Limpiar las piedras o sacar piñones es la forma más fácil de eliminar el glamur de la cocina y de descolocarlos". Pero advierte que "con El Bulli Foundation será diferente, pues todos tendrán una beca, no vendrán a aprender sino a crear, y por eso buscaremos el máximo talento".

De su convivencia en elmejor restaurante del mundo, Abend aprendió que "todos esos platos tan innovadores y emocionantes son el resultado de un trabajo muy mecánico, duro e incluso aburrido". A pesar de que pasar por El Bulli les supone un trabajo seguro, en realidad los aprendices buscan es otra cosa: "Aprenden la filosofía, a superar sus propios prejuicios, la disciplina y a preguntarse sobre el por qué de las cosas".

Cuando El Bulli cierre definitivamente sus puertas el próximo 30 de julio dejará un legado que, en opinión de Abend, "no serán las esferificaciones ni las espumas, sino los más de 1.000 jóvenes que han pasado por él y que hoy están en todo el mundo, desde Tokio hasta pueblecitos catetos de EEUU".