Los Sírex celebran su 50º aniversario en la plenitud

Los Rolling Stones acumulan 47 años de actividad; The Who, 45, pero Los Sírex pulverizan todos los récords: ese mes cumplen 50 años, un caso excepcional en la escena planetaria. «No nos consta que haya ningún grupo en el mundo que esté celebrando su 50º aniversario y que mantenga más o menos la misma formación», explica Antoni Miquel, Leslie, cantante del grupo barcelonés.

El cumpleaños inspira la edición de un doble disco-libro y DVD, 50 aniversario, y un concierto, el 4 de julio en el Poble Espanyol. Será un espectáculo gratuito, enmarcado en la Nit blanca, que se solapará con otro aniversario, el 15º del programa Cocodril club, de Albert Malla, en COM Ràdio, y al que se apuntarán invitados aún por desvelar. Todo ello tiene al grupo muy excitado, como vimos ayer en la sede de la SGAE en Barcelona, donde ofreció un pequeño recital junto a un fichaje inesperado, el modisto Toni Miró, reclutado informalmente como guitarrista para suplir a Josep Fontseré, de baja temporal a causa de un desprendimiento de retina. Ahí estuvo el núcleo central del grupo, formado por Leslie (voz), Guillermo Rodríguez (bajo) y Lluís Gomis (batería), más Juanjo Calvo (guitarra), que se sumó a la formación en 1978, sustituyendo a Manolo Madruga, afincado en Alemania.

Leslie tenía 16 años cuando, en 1960, se sumó al grupo, que comenzó a concentrar a sus fans en el San Carlos Club y el garaje El Pinar. El rock’n’roll era aún «de minorías» y tuvo acceso a él a través de las fiestas de los marines norteamericanos en el restaurante Hawai, de la Barceloneta. «Allí vi por primera vez a un grupo de rockabilly», recuerda. Elvis Presley le gustaba, pero sus favoritos fueron rockeros indómitos como Gene Vincent, Vince Taylor, Eddie Cochran y Jerry Lee Lewis, que le contagiaron sus modales. «Éramos el conjunto más heavy de España. Íbamos con chupas de cuero, nos tirábamos por el suelo...» Luego adoptaron una imagen más sobria, de traje y corbata. «En las actuaciones en televisión no nos dejaban mover. Vimos que, si seguíamos de aquella manera, no saldríamos nunca».

Su año clave fue 1965, el de La escoba, Que se mueran los feos y su actuación con los Beatles en la Monumental. En 1971 llegó el parón. «Nos comenzábamos a casar y tener hijos. Creíamos que no volveríamos». Pero en 1978, el festival Hasta luego cocodrilo, en el Palau d’Esports, con Los Gatos Negros, Los Cheyenes y Los Mustang, les reactivó, y hasta ahora. «Gay Mercader, el promotor, nos dijo: ‘ahora empieza vuestra carrera’. Nos reímos, pero tenía razón. Llevamos 31 años de gira», evoca Leslie.

El cantante cree, como su amigo Loquillo, que los pioneros del rock catalán merecen tanto respeto como los de la nova cançó. «Aquí, el aire fresco lo trajo en 1958 el Dúo Dinámico. El rock’n’roll barrió y la cançó era minoritaria», estima. Habituales de la discoteca Quartier, Los Sírex miran hacia adelante. Leslie se confiesa «enfadado» con el anuncio de retiro de Miguel Ríos. «Cuanto más mayor me hago, más me doy cuenta de lo que me divierto con esto».