ORIGINAL PROPUESTA

Un chalet alpino en la azotea de El Palace

El hotel de lujo estrena esta novedosa experiencia gastronómica en su terraza

Interior del chalet

Interior del chalet

ALBERTO GONZÁLEZ

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Imaginemos que acabamos una jornada intensiva de esquí en la estación de Zermatt, en los Alpes Suizos. Ha hecho un día espléndido y la nieve estaba en sus mejores condiciones. Con satisfacción, decidimos poner la guinda en alguna de las cabañas de madera que, en plena montaña, nos ofrecen una estancia cálida, además de una oferta gastronómica autóctona que resucitaría a un muerto.

Esta es la instantánea que el Hotel El Palace de Barcelona ha querido reproducir en su terraza. Aprovechando una pérgola ya existente, ha construido una acogedora cabaña de madera que nos transporta inmediatamente a las cumbres alpinas: las alfombras, los elementos de piel, las estufas, los esquís antiguos, los manteles de cuadros rojos y blancos o los trineos aderezan una estancia pensada para pocos comensales, donde disfrutar de algunos de los platos suizos por excelencia.

En este chalet de invierno (estará en marcha hasta finales de febrero o comienzos de marzo, mientras el frío arrecie), los clientes pueden disfrutar de un delicioso menú compuesto por un primero (a elegir entre la sopa de cebolla gratinada o la ensalada alpeña), un segundo ('raclette' o 'fondue' de queso, acompañadas con patatas, cebollitas, pepinillos y tabla de embutidos) y un postre (tarta de nueces caramelizadas y café; 'dacquoise' de avellanas, 'croustillant' de praliné y mouse de chocolate; o piña asada con helado de vainilla y espuma de coco).

El precio de la experiencia es de 39 euros (incluye el agua, pero no los vinos, cavas o champanes), nada descabellado para tratarse de un cinco estrellas gran lujo. Una oportunidad para acceder sin reparos a uno de los establecimientos hoteleros con más historia de Barcelona, disfrutar de una experiencia completamente diferente y exclusiva y, al mismo tiempo, aprovechar las espectaculares vistas nocturnas de Barcelona que se tienen desde esta séptima planta de la Gran Via.