A LA BRASA

Ritual en torno al fuego

Una de las mesas del restaurante

Una de las mesas del restaurante

ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Nada más atravesar la puerta giratoria del nuevo hotel Sir Victor (hasta hace poco, el icónico Hotel Omm), a solo unos pasos del paseo de Gràcia, uno se siente algo desubicado. Son las nueve de la noche y, junto a la recepción del hotel, lo que equivaldría al lobby luce oscuro y cautivador. Se respira una vibrante atmósfera nocturna. En el centro, una barra panorámica de roble y la mesa de la 'dj' marcan el 'beat' en un espacio difícil de definir, a medio camino entre el restaurante, la coctelería y el club.

Sorprende, de entrada, la ubicación de las copas, a la derecha del plato del comensal, lo que cobra sentido tras la explicación del jefe de sala: “Nuestra oferta gastronómica está pensada para compartir”. La ubicación de las copas facilita pues el acceso a los alimentos, en el centro de la mesa.

Mr Porter (Rosselló, 265) da un giro de tuerca a la brasería tradicional, ofreciéndole un nuevo nivel de elegancia y estilo. En primer lugar, mediante una decoración moderna y ecléctica, con elementos originales como los candelabros o las cortinas de metal. En segundo, con su carta, que correspondería a la de un 'steak house', pero que va más allá. Se puede optar por los clásicos cortes de la mejor carne (del Lady Mignon, al Sirloin Steak o el Bone-in filet) u otras originales creaciones, como el filete Chateaubriand con foie o las Costillas en Tira Tomahawk.

Pero no solo de carne vive el hombre. Así que Mr Porter incluye en su carta originales creaciones vegetales, como el como el carpacho de calabacín con queso suizo, el puerro asado, o diversas ensaladas, entre las que se recomienda la de pulpo a la plancha, alcachofa tupinambur y ají amarillo; o la de gamba tigre con maíz a la plancha, aguacate y salsa de chile seco. La langosta a la brasa (con mantequilla de finas hierbas) es la estrella entre los pescados.

Y de postre, no hay duda: Hay que probar la bomba Chocolate Explosion (para compartir). El nombre es sugerente, pero la presentación y el espectáculo que supone su degustación, superan con creces las expectativas.

En el establecimiento, además, el paso de la comida a los cócteles es una evolución casi natural, con creaciones como el Silver Fox, con semilla de apio, tequila Ocho, piña, limón y un toque de pimienta rosa. Acompañados por las sesiones de música electrónica de los pinchadiscos residentes, hacen que, por un momento, el gran restaurante (300 metros cuadrados) se asemeje a un local de fiesta en Ibiza. Como dice Yossi Eliyahoo, fundador y copropietario de The Entourage Group, “más que un restaurante, es una experiencia”.