Guardiola besa su quinta Premier, tercera consecutiva: El señor de las Ligas

Si alguien cierra los ojos durante unos segundos cuando juega el City descubrirá luego al abrirlos algo que ya es rutina. Entonces, verá el mismo equipo que aplastó el miércoles al Madrid, aunque no sean los mismos jugadores. Esa es la gran obra de Pep Guardiola, el señor de las Ligas que domina allí por donde pasa. España, Alemania, Inglaterra... Tras el triunfo sobre el Chelsea (1-0), con gol de Julián Álvarez centenares de aficionados citizens invadieron el césped del Etihad para festejar otro título.

Ganó el técnico tres de las cuatro cuando estuvo en el Barça. Cuatro de cinco si se incluye su primer título, el más importante, tal vez, cuando logró ser campeón de Tercera División con el filial azulgrana en el inicio de su carrera como técnico (2007-08). Se tomó un año sabático en Estados Unidos y a su vuelta encadenó tres Bundesligas consecutivas en Alemania.

Luego, siguiendo los pasos de su fiel amigo Txiki Begiristain – si se preguntan porque Pep dejó tan pronto el Barça ahí está una de las grandes respuestas, además del recelo y la desconfianza que le transmitió siempre Sandro Rosell – se marchó a Inglaterra, donde este soleado domingo en Mancheste festejó su quinta Premier en siete años.

La tercera consecutiva en las puertas, además, de asomarse al trébol: tiene la Liga en sus manos, se juega la final de la FA Cup contra el Manchester United el próximo sábado 3 de junio y una semana más tarde (sábado 10) la final de la Champions contra el Inter en Estambul.

Eterno innovador

Abran y cierren los ojos. Dos partidos, del miércoles al domingo. Dos alineaciones radicalmente distintas. Walker y Akanji fueron los dos únicos titulares ante el Madrid (4-0) que repitieron frente al Chelsea, con gol de Julián Álvarez, para festejar el título que consolida la jerarquía de Guardiola en el fútbol inglés. Un fútbol que no se adaptaba a su modelo de juego.

Cuando, en realidad, ha sido su modelo de juego – empezó con ‘falso nueve’, tipo Gündogan, Mahrez, Bernardo Silva y hasta De Bruyne para terminar con Haaland, el ‘nueve’ más puro y auténtico que existe en el mundo – como prueba de su camaleónica capacidad para integrarse en cualquier ecosistema. Y la innovación por bandera.

No es el City actual el City con el que arrancó Guardiola. Pero su equipo juega de memoria, aunque tenga nueve suplentes, entre ellos Julián Álvarez, un joven argentino, dueño de un encanto especial. Enfoca y marca. Tampoco el City actual se parece en nada al Bayern que gobernó el técnico en sus tres años en Baviera.

Ni se asemeja al Barça de los pequeños (Messi, Iniesta y Xavi) que se transformó en la utopía hecha fútbol. Ganó todo y jugó como nadie. Como nunca se había visto antes. Alcanzó la perfección con seis títulos de seis posibles en el 2009. Pero el fútbol guardiolista no envejece sino que cambia a diario.

Todos tienen dibujado en su rostro el alma de Pep, un entrenador tan romántico – defiende la pureza de la idea y sostiene, por encima de todo, la esencia – como extraordinariamente pragmático porque tiene un hambre infinita. Es tan voraz que parece que no ha comido ni un maldito mendrugo de pan desde hace semanas. 

Y como dijo antes de llevarse por delante al Madrid, se lo está pasando "teta" en Manchester, donde lleva ya siete temporadas y renovó en noviembre pasado hasta junio de 2025. O sea, estará en la Premier más del doble de tiempo que en el Barça, su casa. O sea, más en Manchester que en el Mini (un año), Camp Nou (cuatro) y Allianz Arena de Múnich (tres).