Guardiola, antes del duelo con el Madrid: "Mi legado es que nos los hemos pasado de puta madre aquí"

No hace ni un año. Era la ida. Y no la vuelta como ocurrirá este miércoles. Es el mismo City, pero con Haaland. Es el mismo Madrid, pero con Rüdiger. Son también idénticos entrenadores: Guardiola ocupa el banquillo citizen; Ancelotti no se ha movido del madridista.

Ganó el equipo inglés aquella enloquecida ida de la semifinal de la Champions (4-3), con dos goles en apenas 11 minutos (De Bruyne y Gabriel Jesús), que no sirvieron de nada en la volcánica vuelta donde el Bernabéu engulló al City y el Madrid terminó siendo campeón de Europa.

"Firmaría el 4-3 del año pasado", proclamó Guardiola, quien bromeó después. "No estoy pensando demasiado, no se preocupen muchachos", dijo mirando a los periodistas.

"A veces, el partido se dicta solo. En esta competición entran en juego muchas cosas que ni los jugadores ni los entrenadores pueden controlar", admitió luego el técnico del Citizen, aunque pidió a su equipo que juegue "más relajado y más fluído" que en el 1-1 del Bernabéu de la pasada semana, orgulloso de lo que ha construido en su paso por Inglaterra. "¡Mi legado ya es excepcional! Mi legado es que nos lo hemos pasado de puta madre aquí y que se recuerde", afirmó con energía.

Jugar "libres y relajados"

"Tengo la sensación de que en casa somos más libres y de que jugamos más relajados. Si somos nosotros mismos….”, dijo Guardiola sin necesidad de acabar la frase, consciente, eso sí, de que se asoma al duelo con el Madrid, el equipo que mejor gobierna la Champions. Y no solo porque tiene 14 sino porque posee una capacidad casi mística de adueñarse de la competición.

"Yo he jugado 10 semifinales y he perdido siete. Conozco el sentimiento, pero hay muchas cosas que no se pueden controlar en el mundo del fútbol", confesó el técnico catalán, que lleva cinco años sin perder un partido de Champions en su casa.

El Madrid es una de ellas. "Tenemos que mejorar el partido de la ida, intentar llevar más balones al ataque", reveló Guardiola, necesitado de encontrar a Haaland, algo que no sucedió en el Bernabéu. "Respetamos mucho al Madrid, es un desafío, un reto y vamos a ir a por todo", proclamó el técnico del City, recalcando que "es un sueño hecho realidad estar aquí, pero nadie nos garantiza nada. Sé, además, que la afición va a estar con nosotros. No nos van a dejar solos", subrayó.

"No pensaba estar aquí tanto tiempo"

El problema para Guardiola, que lleva ya siete años en Inglaterra (“no pensaba estar aquí tanto tiempo, no tenía tanta esperanza, estoy feliz con esta regularidad”, admitió) es hallar la llave para echar al Madrid de su torneo favorito.

Tiene a De Bruyne "al cien por cien", pero con eso no le bastará. No tiene respuesta el técnico citizen para explicar lo que hace superior al conjunto blanco en este tipo de eliminatorias.

"No lo sé. Si lo supiera intentaría copiar su método. Pero diría que es porque siempre tenían jugadores de altísimo nivel. Cuando la ganamos con el Barça era porque teníamos jugadores de mucho nivel, añadió Guardiola, quien al acabar su comparecencia de prensa en la ciudad deportiva del Manchester dejó una frase rotunda para su equipo.

"En estos años aquí me lo he pasado teta. Es como un buen libro. Y quizá en Europa la gente no ve nada de esto si no ganamos la Champions, pero aquí se lo han pasado genial. Esto es un legado"

— Pep Guardiola, técnico del City

"Tenemos que ser nosotros. Hay que levantarse, vestirse bien y hacer el mejor partido posible. Si no, no te alcanza. ¿El legado? El legado es que se lo han pasado de puta madre durante muchos años. Y el legado es que la gente recordará que marcamos muchos goles, que nos metieron pocos.. Y que ganamos muchos títulos. En estos años aquí me lo he pasado teta. Es como un buen libro. Y quizá en Europa la gente no ve nada de esto si no ganamos la Champions, pero aquí se lo han pasado genial. Esto es un legado”, proclamó con autoridad Guardiola.

A ese libro le falta aún el último capítulo si el City es capaz, claro, de eliminar al Madrid y asomarse a su segunda final europea.