Primera jugadora española

Una calle para la futbolista obligada a jugar como hombre

El periodista malagueño Jesús Hurtado descubrió la existencia de una mujer, Nita Carmona, con una exquisita técnica, pionera de este deporte en España, que practicó el fútbol en la década de los años 20 del siglo pasado.

La insultaron, la apedrearon y la raparon hasta que sus compañeros del Vélez Málaga decidieron que se camuflara como varón y la protegieron guardando el secreto durante casi ocho décadas.

Nita Carmona

Nita Carmona / ARCHIVO DE JESÚS HURTADO

Sergi López-Egea

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A Jesús Hurtado, coprotagonista de esta historia, le encanta hablar de Nita Carmona. De hecho lleva casi 30 años reuniendo documentación, difícil y casi imposible tarea, de la que se considera como la primera mujer que jugó al fútbol en España y que ahora espera ser reconocida con una calle en Málaga, porque en esa parte de Andalucía transcurrió una vida deportiva, tan corta como intensa, tan apasionante como oculta y casi misteriosa. En los años 20 del siglo pasado, si nacías mujer, ni se te ocurriese jugar al fútbol porque podías acabar apedreada o rapada.

Una hora y media de conversación con Hurtado da para introducirse en la vida de Nita, a la que llamaban 'Veleta', y para que la imaginación recree las imágenes de la chica chutando el balón, camuflada entre hombres, con vendas en el pecho para esconder su fisonomía femenina y con un gorro para taparse la cara y para que los balones, rudos y cortantes, no le arrancaran la piel con un despeje de cabeza.

La fotografía original

Es la historia también de una fotografía, la que llegó a manos de Hurtado cuando se disponía a escribir como periodista la historia del Vélez Málaga. Mostraba a los pioneros, jugadores que trabajaban en el campo, y que en aquella época, hacia 1927, se les conocía más por sus apodos que por sus apellidos. Allí estaban ‘El Manco’, al que le faltaban tres dedos de una mano; ‘Pepillo, el Monstruo’, que de hecho se llamaba Cesáreo, aunque no le gustaba; ‘El Tarama’, ‘El Sillero’, ‘Batatero’, ‘Rafaelillo, el Boina’, ‘El Galán’, que era el guapo del grupo; ‘El Patacañón’, un torpedo dándole al balón, ‘El Pescaíto Frito’ y ‘Veleta’.

A finales de los años 90 aún quedaban varios futbolistas de aquella generación vivos. Hurtado los fue identificando, pero siempre al preguntar por ‘El Veleta’ cambiaban de tema. "Al principio creía que era alguien con algún delito de sangre". Hasta que en una comida navideña, con el cambio de siglo, con los veteranos sentados en una mesa, alguien comentó algo así como "joder, el ‘Veleta’ era una mujer". Con esa frase se rompió lo que los pioneros del Vélez Málaga consideraron un 'pacto de caballeros'. Jamás en la vida debían revelar que jugaron con Nita Carmona, la que mejor tocaba el balón, la Iniesta del grupo.

El detalle

“Nadie se percató nunca de un detalle: Nita era la última en salir al campo. En aquella época no había vestuarios, ni se duchaban tras los partidos. Pero sí una habitación en la que los jugadores se cambiaban. Cuando todos se iban ella entraba y mientras calentaban se incorporaba al grupo".

Hurtado fue indagando. Encontró las dos únicas fotos que existen de Nita, la de grupo y la que se hizo en un estudio fotográfico de Málaga. Allí empezó ella con el fútbol, deporte del que se enamoró viendo jugar a los marineros británicos que hacían escala en el puerto tras embarcar en Gibraltar. Y descubrió también la existencia de un cura gallego, que quiso educar a los niños malagueños a través del deporte y que creó el Sporting de Málaga, que vio la luz mucho antes de que lo hiciera el genuino Málaga. El hombre se llamaba Francisco Míguez y murió en 1936. Le hicieron el ‘paseíllo’, injusto final, en una ciudad que ardía, presta para la masacre de la ‘Desbandá’.

Murió por el 'Piojo Verde'

"El padre Francisco fue el que recomendó a Nita que se fuera a jugar a Vélez porque allí estaban formando un equipo potente. Él siempre la protegió". La protegió de las piedras que le tiraban algunos espectadores, de los insultos, de que la escupieran. Pero cuando la rodearon y la raparon tras un partido la situación se hizo insostenible. "También la defendía su abuela". Allí se iba a dormir cuando los padres la echaban de casa, hartos de la ‘vergüenza’ por tener una hija futbolista.

Ya en los años 30 se pierde el rastro de Nita. Ya no jugaba como 'Veleta' y solo se sabe que murió a causa del ‘piojo verde’ como denominaron popularmente a la epidemia de tifus en 1942.

La iniciativa de Unidas Podemos

Hurtado descubrió su tumba y el grupo municipal de Unidas Podemos reclamó una calle para la primera mujer que jugó a fútbol en España. El equipo de Gobierno, entre Populares y Ciudadanos, según publicó el diario ‘Marca’ la semana pasada, ha dado el visto bueno, aunque sin fecha. Pero si Nita o 'Veleta', como se prefiera, tardó 70 años en reivindicarse como futbolista puede esperar un poco más para ver su nombre en el callejero malagueño.

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