Cosas de la informática

Una aerolínea confunde constantemente a una mujer de 101 años con un bebé

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Patricia, sonriente a sus 101 años, en el interior de un avión.

Patricia, sonriente a sus 101 años, en el interior de un avión. / Joe Tidy

Alexandra Costa

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A sus 101 años, Patricia coge dos vuelos todos los años para ir a ver a su familia. Uno para ir de Chicago (Illinois) a Marquette (Michigan), y otro para deshacer los 600 kilómetros que separan las dos ciudades de Estados Unidos. Nunca había tenido ningún problema hasta que cumplió los 100 años: la aerolínea con la que viaja no reconoce su edad porque el sistema de reservas no admite poner una fecha de nacimiento tan, digámoslo de una forma amable, lejana. Vaya, que American Airlines considera que los nacidos en 1922 ya están en el otro barrio y no les da la opción de seleccionar su año. Tampoco 1923 ni 1924, por cierto.

Sin embargo, Patricia, que no ha querido revelar su apellido a Joe Tidy, el periodista de la 'BBC' que cuenta su historia, consigue volar. Lo hace porque la aerolínea reconvierte su año de nacimiento por otro: en lugar de 1922, el sistema de reservas cambia automáticamente a 2022. Es decir, esta exenfermera tiene un añito a ojos de American Airlines.

Eso tiene efectos secundarios. Las compañías aéreas tienen la obligación de advertir al personal del aeropuerto y a la tripulación del avión de si viajan menores de edad sin acompañante o pasajeros con movilidad reducida que, además, pueden solicitar una silla de ruedas para trasladarse más cómodamente.

Problemas de movilidad

A Patricia le pasan los dos casos. Por un lado, siempre pide una silla de ruedas y nunca está disponible para su uso. Pese a pedirla formalmente durante la reserva, la persona encargada de prepararla e ir a buscarla con ella ve que nació en 2022 y da por hecho de que se trata de un error del sistema.

En una ocasión, la anciana centenaria y su hija tuvieron que esperar dentro del avión a que se bajasen todos los pasajeros porque el personal del aeropuerto no había preparado la silla. Si se hacen bien las cosas, las personas con problemas de movilidad son las primeras en salir para su seguridad y la del resto de los pasajeros. En otro viaje, su hija tuvo que cargar con ella y con el equipaje de ambas porque nadie acudió en su ayuda al aterrizar.

La sorpresa de la tripulación

Por el otro lado, las azafatas siempre se sorprenden al ver a una mujer de 101 años en lugar de a un bebé de uno, que es lo que esperan. "Fue gracioso que pensaran que era una niña", explicó hace unos días a Tidy, que cogió el mismo avión que ella y vio lo que sucedía.

Patricia solía viajar sola, pero desde que tiene 97 años lo hace acompañada porque necesita ayuda. En esta ocasión, lo hizo con su hija, Kris. "Hizo la reserva del billete por Internet y el ordenador del aeropuerto pensó que mi fecha de nacimiento era 2022 y no 1922", precisó. "Lo mismo ocurrió el año pasado: la tripulación esperaban a una bebé y no a mí", añadió con la sonrisa y felicidad que ilustra esta noticia.

Pese a la confusión, la exenfermera aseguró que en el personal de American Airlines "fue amable y servicial". Ahora solo queda que la compañía, que no ha hecho comentarios sobre el asunto pese a la petición del periodista de la 'BBC', permita que el sistema de reservas deje poner más 100 años a contar del actual, 2024.

Mientras eso pasa, Patricia espera con impaciencia su próximo vuelo en otoño. Para entonces, tendrá 102 años y deseamos que los ordenadores de la compañía estadounidense se den cuenta de ello. De lo contrario, tendrá dos añitos.