Vendidas desde 1965

Crisis entre los consumidores: por qué han desaparecido estas históricas obleas para empanadillas

Donde antes había las delgadas masas de Buitoni (aunque hay debate y para muchos son las "de toda la vida" de La Cocinera) ahora hay un hueco vacío. Pero el vacío existe en los consumidores (y en su estómago), que tampoco encuentran las masas para mini pizzas de la marca. Algo está pasando y tenemos la respuesta

Varias empanadas.

Varias empanadas.

Alba Casanovas Torre

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"Mi chica está muy escandalizada", comenta un compañero de la redacción de este diario. El alboroto radica en que hace días que no encuentra en los supermercados un producto esencial en su lista de la compra. Se ha pateado varios establecimientos en su búsqueda, incluidas grandes superficies, y nada de nada. Donde antes había las obleas para empanadillas de la marca Buitoni ahora hay otros productos para no dejar el hueco vacío. Pero el vacío existe en ella (y en su estómago). La pareja del compañero no es la única que ha puesto el grito al cielo. A su queja ha respondido la periodista que escribe esta noticia: hace semanas que no encuentro las masas para mini pizzas de la misma marca. Algo está pasando y ya tenemos la respuesta.

Confieso que lo primero que he hecho ha sido entrar en las redes sociales. Son un magnífico cajón de sastre que los usuarios llenan de preguntas y respuestas. Ni la pareja del compañero ni yo somos las únicas que hemos echado en falta ambos productos de Buitoni. Al contrario, decenas de usuarios claman desde la semana pasada por la ausencia de las obleas para empanadas y las masas para pizzas.

Los consumidores han interpelado sin éxito a las cuentas de las principales cadenas de supermercados del país. Lejos de rendirse, han ido más allá. Concretamente, más arriba: han preguntado a Nestlé, la multinacional propiedad de Buitoni. Sin embargo, revisando las publicaciones en busca de respuestas, un usuario ha acompañado su duda con una foto del paquete de obleas y mi mente ha cortocircuitado: no son de Buitoni, son de La Cocinera, de toda la vida, las que compraba y cocinaba mi abuela. Y la tuya.

"De La Cocinera, de toda la vida"

El paquete no es verde, sino azul, rojo y blanco. Y en el logotipo aparece la cocinera de siempre de La Cocinera, valga la redundancia. Sí, esa señora sonriente con delantal y bandeja en mano llena de delicias recién hechas. Expongo mi confusión entre los compañeros y el veredicto es sólido: esas masas para empanadas y postres son de La Cocinera. "De toda la vida", reiteran. Qué lío, ¿qué está pasando?

Obleas para empanadillas de Buitoni a la izquierda, y de La Cocinera a la derecha

Obleas para empanadillas de Buitoni a la izquierda, y de La Cocinera a la derecha / Buitoni / La Cocinera

La realidad dice otra cosa y merece ser explicada. La Cocinera, fundada en 1965 por dos hermanos de Guadalajara, se especializó en precocinados como croquetas, calamares o lasañas, y las tan deseadas empanadillas. Pero no era un negocio al uso. La mayoría de su plantilla eran mujeres, que realizaban manualmente los productos utilizando recetas caseras. La fórmula del éxito, vaya. Así que la empresa creó su logo a su semejanza. Con todo, sus productos fueron los más vendidos en su categoría durante décadas.

Un filón a coste cero

Como el negocio, ubicado en Torrejón de Ardoz (Madrid), tenía más recorrido, una ampliación de capital abrió la puerta a la inversión internacional. Posteriormente, la empresa familiar fue absorbida en 1990 por una multinacional estadounidense, luego pasó por las manos de otros gigantes de la industria y finalmente recayó en Nestlé en 1999. El siguiente episodio se escribió en 2015, cuando la multinacional suiza vendió Findus el negocio de congelados. No obstante, la operación incluyó una cláusula sagaz: las masas refrigeradas, la madre del cordero, no formaron parte del acuerdo.

Desde entonces, las obleas, el hojaldre y la pasta brisa se venden bajo la enseña Buitoni, la marca con la que Nestlé comercializa las pizzas congeladas, pastas y salsas refrigeradas. Para aprovechar el éxito que arrastra la delgada masa de harina desde hace más de 60 años, mantienen intacta la imagen de La Cocinera. Una astucia extraordinaria de los expertos de marketing, vaya (y a coste cero, por cierto), y nueve años de confusión entre los consumidores.

El motivo de la desaparición

Puestos ya en contexto es hora de aclarar la crisis que hay con las obleas de harina para empanadas y postres, y las masas para pizzas. Tras el reguero de preguntas en X (antes Twitter), Nestlé dio señales de vida el lunes. "Lamentamos informar que actualmente estamos experimentando una falta de abastecimiento de harina que cumpla con nuestras especificaciones técnicas para garantizar las cualidades de nuestros productos", indicó.

En este sentido, algunos usuarios no solo expusieron la ausencia de los productos en las estanterías de los supermercados, sino que también advirtieron que las obleas ya no eran esas masas de delgadas que nunca faltaban en las casas. En concreto, aseguran que "se rompen con más facilidad" y "no tienen ese hojaldrado" característico pese a ser un producto precocinado y refrigerado. Segunda tragedia tras el desabastecimiento y sin masas para pizzas, triple hecatombe.

Ese dicho de Albert Einstein de que "hay una gran oportunidad en cada crisis" no se cumple en este caso. De hecho, va a peor. Nestlé también ha comunicado que ha tenido que "suspender temporalmente" la fabricación y la venta de obleas durante tres meses, y la de Minipizzas Buitoni durante un mes. Cuántos varapalos en tan pocas líneas.