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Jacob Elordi, el galán australiano de origen vasco de 'Saltburn'

¿Por qué todo el mundo habla de 'Saltburn'? Las claves de un laberinto sexual y de clase

Crítica: Gozosa pero frustrante

Si 'Saltburn' es un nuevo ‘Retorno a Brideshead’, lo es en clave de sexualidad epidérmica, obsesiva, cuando no hiriente.

Si 'Saltburn' es un nuevo ‘Retorno a Brideshead’, lo es en clave de sexualidad epidérmica, obsesiva, cuando no hiriente. / EPC

Natalia Araguás

Natalia Araguás

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Antes de popularizarse en la exitosa serie 'Euphoria' de HBO y ser el objeto de deseo de 'Saltburn', la efectista película de Amazon Prime sobre el arribismo que se ha convertido en la sensación de estas Navidades, Jacob Elordi (Brisbane, 1997) durmió en los coches. Aunque en 'Saltburn' dé vida a Felix Catton, un estudiante de Oxford tan rico como bello que entabla amistad con el becado Oliver (Barry Keoghan), decidido a hacer lo que sea por complacerle y sobre todo por no marcharse nunca de Saltburn, la regia finca donde su nuevo amigo le invita a pasar el verano, lo cierto es que en la vida real Elordi viene de una familia humilde. Hijo de un pintor de brocha gorda que construyó la casa donde se criaron sus cuatro hijos con sus propias manos, al mudarse a Los Angeles en 2017 pasó apuros económicos. No conseguía trabajo y durmió un par de semanas en el sofá que le prestó un amigo, a veces aparcaba en Mulholland Drive y pasaba la noche dentro de su Mitsubishi. "Creo que tenía entre 400 y 800 dólares en el banco, y Euphoria fue mi última audición antes de volver a casa una temporada para recuperarme y hacer algo de dinero", dijo a la revista 'GQ'.   

Al final logró el papel del controvertido Nate Jacobs en 'Euphoria', entre rumores de que su historia de amor con Zendaya había traspasado el rodaje. Aunque supuso su consagración como actor, la fama no le era del todo ajena. Antes la alcanzó de forma abrupta al encarnar en 2018 al chico guapo –nunca hace de feo– de la película 'Mi primer beso' en Netflix. La noche de su estreno en LA se fue a dormir como un actor desconocido; al día siguiente había sumado cuatro millones de seguidores en Instagram. Alarmado, se dedicó a revisar su 'feed' y a borrar fotos de su época del instituto. Durante ella, Jacob Elordi, que mide 1,96 metros, jugaba en el equipo de rugby y se apuntó a teatro, entre bromas de que era gay por parte de sus amigos. Hizo caso omiso y cree que ambas actividades le ayudaron a preparar su papel de Nate en 'Euphoria', al que quiso imprimirle "músculo y corazón" a la manera de Montgomery Clift y Marlon Brando.

Mitómano

Procedente de una familia de origen vasco –sus abuelos emigraron a Australia cuando su padre tenía solo ocho años – Jacob Elordi se confiesa mitómano. Durante su etapa de estudiante devoraba biografías de actores y se escapaba a la biblioteca a ver películas clásicas. Lleva pendientes como Daniel Day-Lewis, una medalla de San Cristóbal a la manera de Steve McQueen y guardó el guión de 'Saltburn' en una carpeta de piel desgastada que perteneció a Gary Oldman y le regaló Charlie, hijo del actor, amigo suyo. En el último Festival de Cine de Venecia, causó sensación como un joven Elvis Presley en 'Priscilla', de Sofia Coppola, basada en la autobiografía 'Elvis and Me' de la esposa del rey del rock. Además de sus dotes como actor, dieron que hablar sus atrevidos estilismos: lleva bolsos con frecuencia y combina corbata y bermudas sin pudor. Al actor, que probó suerte como modelo en la adolescencia, se lo rifan firmas como Saint Laurent, Bulgari, Boss o Valentino. Elordi disfruta de la 'dolce vita' y deja que apuesten por él directoras tan insignes como Emerald Fennell y Sofia Coppola. 

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