El Nolotil, nueva amenaza española para los británicos

El Nolotil es el medicamento más consumido en España. Pero ahora una entidad, la Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF), ha anunciado que presentará una demanda contra el Gobierno español porque el principio activo que contiene, el metamizol, ha provocado daños a numerosas personas. Según ellos, el Nolotil puede causar agranulocitosis, que reduce los glóbulos blancos, con el consiguiente aumento de infecciones potencialmente mortales, y el Ministerio de Sanidad no ha tomado ninguna acción al respecto. De hecho, la asociación está estudiando más de 40 fallecimientos que podrían estar relacionados con el analgésico, siempre según su versión.

Se da la circunstancia de que, por razones que se desconocen, la agranulocitosis es un efecto secundario que parece afectar más a poblaciones de determinadas latitudes. Por esa razón, el metamizol lleva décadas retirado en los países del norte de Europa. La demanda de la ADAF busca defender precisamente los derechos de personas que visitan España o que viven en el país y que son naturales de países como el Reino Unido o Irlanda. 

Hasta aquí los hechos. Y a partir de aquí, la interpretación que se ha hecho en redes sociales de la polémica, que está levantando ríos de tinta en el Reino Unido aunque lleva años sobre la mesa. Algunos, como @JulioFdez79, describen en un hilo las turbulencias históricas del asunto: "Con la llegada del calor y el buen tiempo, nos llenamos de turistas. Turistas que acuden a la farmacia y pueden pedir medicación para la que son especialmente sensibles". Otros recuerdan también la problemática relación entre algunos británicos y los balcones. Y también está la visión histórico-irónica de @Lanoviacadaver_ : "En 1588 perdimos a la Armada Invencible ante los ingleses porque aún no había Nolotil".

Un pequeño terremoto sacudió el territorio de la política más underground de las redes sociales el pasado viernes. En esta ocasión internet no entró en ebullición con la investidura de Pedro Sánchez, ni con un discurso incendiario de Isabel Díaz Ayuso, ni con las menguantes protestas frente a la sede del PSOE en Madrid, que tanto alienta Vox. El protagonista fue esta vez Alejando Cao de Benós de Les y Pérez, que pese a ese aristocrático nombre, que concuerda con su abolengo familiar, es el primer representante occidental de Corea del Norte en las relaciones de ese país dictatorial con el extranjero.

La policía detuvo a Cao de Benós en la estación de Atocha de Madrid, nada más bajar de un tren que venía de Barcelona. El FBI, nada menos, lo acusa de estafa por ayudar al régimen norcoreano a evadir sanciones económicas impuestas por la administración norteamericana. En su versión de los hechos, que dio en una entrevista a EL PERIÓDICO hace unos meses, su relación con el caso estriba en su presencia en Corea para participar en una charla de un norteamericano llamado Virgil Griffith, uno de los creadores de la criptomoneda Ethereum.

La reacción de las redes sociales osciló entre la sorpresa y los intentos de bromear con la situación de los tuiteros de la derecha, que aseguraban que Cao de Benós se podría beneficiar de la amnistía pactada entre Pedro Sánchez y los independentistas por su origen catalán. Pero lo cierto es que la incertidumbre sobre su futuro inmediato duró poco. Casi a la vez de que la policía publicaba un vídeo en el que se veía la detención, el propio Cao de Benós anunciaba que ya había salido del calabozo de la Audiencia Nacional. "No hay extradición. La acusación de los EEUU, además de ser falsa, no existe en España", escribió en su cuenta de X, a falta de ver cómo continúa el caso.

La muerte de pocos personajes ha provocado en los últimos meses una polarización tan grande como la de Henry Kissinger. Está fuera de toda duda que fue uno de los diplomáticos norteamericanos más importantes del siglo XX. Pero el consenso se termina cuando se analizan las decisiones que tomó: para unos fue un brillante estratega, un gran defensor de los intereses de su país y un patrocinador de la democracia en el mundo. Para otros, fue uno de los principales responsables de algunos de los conflictos más sangrientos de la historia.

Entre los primeros está China, país con el que rehízo las relaciones los EEUU en los 70. Los diarios de la incipiente potencia mundial despedían a Kissinger como un "viejo amigo" del pueblo chino. El Departamento de Estado de los EEUU escribió, en su cuenta en español en X: "Henry Kissinger huyó a EEUU de la Alemania nazi en 1938 a los 15 años. Fungió como secretario de Estado para dos presidentes tomando innumerables decisiones que modificaron la historia. Un estadista en todos los sentidos de la palabra, sentía una obligación de servir a EE.UU".

En la trinchera contraria están por ejemplo los que destacan su papel protagonista en el golpe de Estado de Augusto Pinochet en Chile, o los argentinos que recuerdan su apoyo a Margaret Thatcher (uno de sus grandes referentes políticos) en la guerra de las Malvinas: uno de ellos descorcha incluso una botella de champán en un programa de televisión para celebrar el óbito. El punto erudito de este bando lo ponía Kike García, uno de los miembros de El Mundo Today: "No es solo un chiste nuestro: SÍ, el Dr. Strangelove de Sellers estaba inspirado directamente en Kissinger. Por eso se le parece tanto. Uno de los mayores monstruos de la historia del cine estaba inspirado en ese señor".