La lotería tiene estas cosas

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powerball 2

powerball 2 / REUTERS / Mike Blake

Alba Casanovas Torre

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Si creemos que el dinero que está en juego en el Euromillones es la panacea, la lluvia de millones que reparte la Powerball, la lotería más popular de Estados Unidos, deja la rifa europea en una anécdota. El bote mínimo garantizado es de 40 millones de dólares (36,3 millones de euros) y, en 31 años de historia, este sorteo ha superado la cifra de los 1.000 millones de dólares en tres ocasiones. La última fue el pasado miércoles, 19 de julio, cuando repartió 1.080 millones. Al margen del premio, la efeméride ha dejado 'a posteriori' varias historias curiosas que contar.

No hace mucho, el pasado mes de noviembre, otra noticia sobre la Powerball cruzó el Atlántico: un solo ganador se embolsó 2.040 millones de dólares, el bote más alto de la historia del sorteo. Aunque en euros fue una cantidad menor, sigue sacando el hipo: 1.450 millones de euros por acertar un décimo de menos de tres euros.

El premio era tan gordo que la persona afortunada tardó casi dos meses en reclamarlo para esquivar el revuelo mediático. Finalmente, el 14 de febrero de 2023, Edwin Castro exigió la recompensa. Este vecino de Altadena, una pequeña ciudad de California, no se libró de salir en los medios de comunicación.

Puestos a hacerlo, fardó de comprar una mansión por 22,5 millones de euros en Hollywood Hills, un casoplón por otro pico en su localidad natal y un Porsche de 226.000 euros. El azar tiene estas cosas. Y otras, como ocurrió la semana pasada, cuando un pequeño supermercado del centro de Los Angeles llamado Las Palmitas vendió el boleto premiado con los 1.080 millones de dólares (979 millones de euros).

Un nuevo billonario muy discreto

Al día siguiente, los responsables de la lotería estadounidense se personaron en el establecimiento para promocionar el acontecimiento. Ante las cámaras de televisión y por sorpresa de todos, apareció una mujer visiblemente emocionada. Entre gritos de alegría, lágrimas y abrazos a desconocidos, un periodista atinó a preguntarle si era la agraciada. Sin embargo, ella manifestó estar "asustada" por la magnitud del premio y, tal y como montó la escena, se largó del lugar.

La euforia fue efímera, ya que posteriormente se supo que no era la auténtica ganadora. De hecho, ni jugó a la Powerball ese día. Mientras esa mujer se enfrenta a acusaciones de fraude, ninguna otra persona ha reclamado la morterada. Eso sí, hubo un único acertante en aquel sorteo, informaron los responsables de la lotería, por lo que más pronto que tarde saldrá a la palestra para explicar en qué se ha gastado el dinero, tal y como hizo Edwin Castro y otros muchos suertudos. De hecho, tiene un año para hacerlo, según las reglas del juego.

Así que, ahora mismo, en Estados Unidos hay alguien que calla que el 19 de julio adivinó los seis números de la Powerball. Porque la probabilidad de que no se haya enterado es la misma que tiene un jugador de ganar la rifa estadounidense: una entre 292,2 millones. Por contra, más allá de los afortunados que se llevaron el segundo y el tercer premio, otra persona sigue dando saltos de alegría: Raul Nabor Herrera, el propietario de Las Palmitas.

El propietario de Las Palmitas Mini Market, Nabor Herrera, es felicitado por un cliente después de que vendiera el boleto ganador de la Powerball del 19 de julio.

El propietario de Las Palmitas Mini Market, Nabor Herrera, es felicitado por un cliente después de que vendiera el boleto ganador de la Powerball del 19 de julio. / REUTERS / Mike Blake

El hombre no sabía que había vendido el billete ganador. Se enteró por los medios de comunicación que le esperaban delante de la tienda a primera hora del jueves. Además, recibió otra noticia: la ley de California otorga a los vendedores minoristas una participación del 0,5 por ciento del fondo de los premios. Eso se traduce en que Herrera recibirá un millón de dólares.

Unas "pequeñas vacaciones"

El dueño del supermercado ya sabe qué hará con parte del botín. "Unas pequeñas vacaciones", dijo escuetamente en los medios después de escribir con un rotulador la B de billonario sobre la palabra millonario del cartel promocional. Si Herrera está feliz con ese inesperado bonus, ¿cómo está la persona que tiene 966 millones de euros esperándole? Lo dicho: las cosas del azar.